Como sabrán, todo artista escénico amerita de ensayos antes de presentarse para su público. Bueno, por lo menos entre artistas nos entendemos, sabemos del popular “No puedo, tengo ensayo” y sabemos lo que significa a la perfección, pero las personas “normales” no.
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Amigos y familiares se gozan en comentarios negativos sobre nuestra ausencia en reuniones o salidas recreativas porque no comprenden el trabajo que conlleva ser la estrella del show. ¡Ah! Pero como se jactan de conocer al que hizo de protagonista en el musical aquel, o la bailarina de equis artista… allí si cuentan cada uno de los ensayos y todo aquello que dejamos de lado para que nuestro trabajo estuviese bien hecho.
Ser artista (incluso el artista plástico) implica un gran despojo de sí, un gran sacrificio y esfuerzo para llegar donde se quiere. No existe el tedio o la fatiga, el límite es el cielo y el mejor público eres tú mismo. No debes sentirte mal si los demás no comprenden tu maquinar, todo estará bien y tu trabajo se verá recompensado en aplausos y gozo porque estás haciendo aquello que más te hace feliz y se lo regalas a personas que disfrutan de ello.
Ser artista implica disciplina, no es algo que se llegue hacer por arte de magia. Si tienes un talento pero no lo trabajas, solo queda en “un talento nato”; por el contrario, si lo trabajas un poco todos los días, puedes llegar muy lejos. “Tra-lara-laloy, artista es lo que soy. Ya nunca más a la escuela voy, artista es lo que soy.” Cantaba el honrado Juan en la película animada de Disney “Pinocho”, y no es que con esto los invite a dejar los estudios por dedicarse a su forma artística preferida, pero el nivel de compromiso es el mismo: dejar todo aquello que entorpece mi crecimiento artístico.
Imagina que Messi hubiese decidido aprender 2 idiomas en vez de dedicarse enteramente a jugar futbol: quizás aún estuviese jugando en la selección de su ciudad natal… pero siendo políglota. Con todo el respeto que este astro del fútbol merece, no debe saber ni usar Facebook; no porque no sea inteligente, sino porque no le hace crecer como jugador de futbol.
A este nivel de compromiso debemos llegar: darlo todo por lo que amamos y amarlo hasta el extremo.
