La vela se va desgastando cada vez más, la luz se derrumba poco a poco en cada despedida y la oscuridad se hace más amenazante.
En este tiempo de ignominia, Venezuela se nos ha convertido en un gran cascarón cruel. Es muy triste, es la realidad que los cabecillas del actual proyecto político en el poder nos ha impuesto.
Particularmente, bendigo los pasos de todos los que quedamos en esta tierra y también los de aquellos que deciden buscar un destino más promisor en otros paisajes.
Te saludo, @nancybriti.
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Así es, poeta, la vela se consume y con ella nuestra esperanza. Descubrí que tengo miedo de perderla, porque es mi tabla de salvación, la que me mantiene en esta tierra. ES tiempo de abrigarse, ante tanta realidad allá afuera. Un buen abrigo es un abrazo.