Voces y Silencios - Nocturne Parte 3

in #spanish7 years ago


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Nocturne

La queria ver mal, la odiaba, me había quitado al amor de mi vida, y traicionado a mi querido hermano. Era ruin, era una descarada, era una maldita que merecía la muerte. Recuerdo como se escuchó su cuerpo contra el parabrisas, el vidrio agrietándose lentamente, su cuerpo inmóvil deslizándose por el capó del auto. Para cuando cayó ya había presionado el freno, y su sonido llamó la atencién de algunas personas, abandoné la escena rápidamente, y mientras me alejaba, me di cuenta a través del retrovisor que Adam salía de la casa aun en pantalones cortos y camiseta, corriendo hacia su amante. No lamenté lo que hice, todo lo contrario, me sentí realizada, había puesto fin a mi dolor con eso, o al menos en ese momento me lo pareció.

Los dias siguientes Chris se la pasaba en el hospital, Lucille tenía dos costillas rotas, un brazo fracturado, y el golpe le había hecho una fractura en la columna que no le permitiría volver a caminar. No sabía si me había reconocido, así que no me presenté en el hospital por temor a que pudiese hacerlo, tampoco tenía muchas qanas de ver a Chris, así que sólo lo veía cuando regresaba a casa, abatido casi siempre. Por alguna razón Lucille no había dicho nada sobre cómo fue el accidente, y mi miendo crecía día con día, cada vez que el timbre sonaba mi corazón subía hasta mi garganta, estaba paranoica, pero la sensación no duró mucho tiempo, cambió el día que supe que el accidente le había producido un trauma de tal magnitud que la había dejado sin voz, al menos eso me daba tiempo, un buen tiempo para preparar mi huida, y para el momento en que lograse hablar, yo estaría muy lejos de ese lugar. Compré un boleto de avión a España, iba a estar bien, empezaría una nueva vida y ésta tendría un buen final. Eso creí hasta que supe por boca de Chris, que su querida Lucille esperaba un bebé, y me sonó como algo imposible, y sentí una punzada en el pecho que me ahogó. Los doctores dijeron que era un milagro y la piel comenzó a picarme, pues yo sabía muy bien que ese hijo no era de Chris, era de Adam, pero Chris pensaba que era suyo, estaba más que irritada, estaba histérica, la odiaba, y mi odio se propagaba como pólvora. Chris dijo que Adam también la visitaba, que él notaba actitudes extrañas de él hacia ella de vez en cuando, y me pidió que hablase con él.

El orgullo es un arma de doble filo, a veces es necesario tenerlo, y en otras tenerlo puede llegar a ser perjudicial, sobre todo si está herido. Esa misma noche le pedí a Adam vernos en su casa, él accedió. Toqué la puerta a eso de las diez de la noche, y él me recibió e intentó sonreir lo mejor que pudo, le di un abrazo y nos sentamos en el sofá, recuerdo verle tomar el vino con desgano y me acerqué a él, acaricié su cabello, él se giró hacia mi y me vio como extrañado, bajé mi mano y le acaricié la nuca, me acerqué aún más, hasta que nustros brazos se rosaban, él me miró como perdido y supe que debía hacer algún movimiento,yo lo quería para mi, así que me levante lentamente y luego me senté en sus piernas, disimulaba acomodarme mientras rosaba su entrepierna, y en un movimiento lento le besé el cuello, y le susurré un "te quiero" que estaba atorado en mi garganta desde hacía un tiempo, él me apretó la cintura, comenzó a acariciarme las caderas, luego los muslos y posteriormente su mano se detuvo, lo besé en los labios, pero nada, no había una reacción hacia mi. Me apartó de él, diciento como balbuceando - Amo a alquien más, lo siento - Quería como morirme de la verguenza por tal humillación, por mi amor no correspondido, y entonces encolericé, me levanté, le comencé a gritar que lo sabía todo, que ambos eran unos malditos, que le odiaba, estaba apunto de perder el control, así que me dirigí a la puerta para escapar de todo aquello, pero fue tras de mí, me tomó por los brazos y me dio la vuelta, allí en sus ojos, había una súplica que no podía ignorar - Dímelo, dímelo todo, dime la verdad - repetía una y otra vez, y cada vez más fuerte. Estaba asustada, quería irme, y de pronto sus ojos se llenaron de algo más que inquietud, se colmaron de ira, y supe en ese instante que él ya sabía mi secreto, sabía que había sido yo...

Continuará...
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