El sótano de McCourtney (Relato)

in #spanish7 years ago


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El sótano de Teresa McCourtney

¿Acaso has sentido esa extraña sensación de que alguien está mirando? ¿De que está en un lugar al que no tienes acceso visual? ¿Has temido que algo malo pase en el momento en el que menos lo esperas?...
A veces tenía esa sensación, a veces escuchaba algo que sonaba como un canto, como una pequeña voz abriéndose paso en la oscuridad, pero no sabía lo que era, no hasta que la encontré. Era un 23 de Julio de 1993, jugaba con mis muñecas cuando ella bajó las escaleras del sótano y comenzó a tararear mientras peinaba lentamente a una de mis muñecas. Mis ojos se abrieron ante la escena, mientras ella no me miraba. Intenté entender a esa edad, porqué una niña viviría en nuestro sótano, pero nada venía a mi mente. Tenía miedo de hablarle, así que pregunté a mis padres, pero éstos no atendieron a mis preguntas en lo absoluto. Pensé que podría estar hambrienta así que guardé galletas para ella, pero siempre negaba con la cabeza cuando se las ofrecía. No bebía agua, jugo o té, no tomaba duchas como yo, no hablaba, sólo se sentaba a peinar a mi muñeca o a vestirla. Una semana después, recuerdo haberle quitado la muñeca, en su lugar le di un rompecabezas, parecía entretenerse, así que comencé a variar los juegos. Luego insistí en las escondidas, y pasó que ella sabía jugar mejor que yo. Corrí por el pasillo por miedo a que me encontrase, y subí las escaleras del sotano a toda prisa, ella jamás notó que había subido, pero allá arriba se sentía un olor a humedad que me molestaba, el polvo me provocaba picor en la nariz, y la sucieza en la piel- ¿cómo podría dormir allí?- me pregunté -¿qué lugar es ese para una niña?-. Volví con papá y mamá ese día, les pregunté si ella podía quedarse en mi cama, pero no había respuestas, ambos me vieron, y volvieron a lo suyo. Le pregunté su nombre, pero no había respuesta, sus labios estaban como sellados. Sus manos sin embargo, podían moverse para indicarme qué juguetes quería usar, así que le busqué una pequeña pizarra que traje de la escuela, le dije- escribe tú nombre- y ella tomó la tiza, me miró y luego intentó garabatear algo que parecían unas letras, no entendía bien, pero sabía quiénes si podrían, así que esa noche les pedí que me dijeran lo que decía en la pizarra, mis padres como pudieron intentaron descifrar las letras y me dijeron - Teresa, allí dice Teresa- Estaban algo complacidos con ellos mismos al momento, pero luego comenzaron a preguntarme sobre ése nombre y si sabía de dónde venía, les indiqué que no sabía nada, y me dejaron ir.

Continuará...
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