Cada palabra que decimos a otra persona o sobre un aspecto de la vida, influye positiva o negativamente, queda marcado en el espacio y el tiempo, a veces son palabras imborrables.
No podemos tratar de castigar a alguien con nuestras palabras o intentar justificar una acción con las faltas de los otros, cuando accionamos debemos tener la valentía suficiente para decir “yo decido porque quiero”, “yo tomó esta decisión porque creo que es lo mejor”, “yo hago porque necesito hacerlo”; pero es cobarde tomar una decisión justificado en las palabras de otros, porque cada persona es responsable de sus palabras, por consiguiente de lo que hace o lo que dice.
Quizás sea muy profundo para algunas personas entender que no todo tiene el significado textual, sobre todo a los hombres les toca difícil porque cuando en una relación la mujer dice “no” es porque es sí, y cuando dice “sí” es por qué es no; o al menos eso dicen la mayoría de los hombres; personalmente creo que sí existen mujeres de ese tipo con ambivalencia ante sus palabras, pero también están las mujeres que mantienen sus palabras fieles a sus principios, que no están de acuerdo con los tonos grises, en este último grupo debo incluirme, eso de los tonos grises nunca me han gustado, quizá la ambivalencia si en los días fríos de cada mes, pero igual que no me gustan las palabras sin sustentos, ni los razonamientos vacíos.
Las palabras pueden marcar principios y finales con coherencia, se deben llevar las líneas responsables porque todos somos humanos, todos queremos ser tratados con palabras hermosas, pero a veces se nos olvida que también debemos tratar a nuestros semejantes como queremos que suceda con nosotros.
Si hablamos de las relaciones interpersonales, se profundiza aún más la responsabilidad ante las palabras, porque cuando se quiere de verdad los gestos complementan las acciones, por supuesto que más dice un beso o un abrazo que una palabra, pero si al final sólo basta un mensaje para poner fin a una relación, entonces, es que no significó nada, porque como dice el refrán popular “cuando se quiere se busca”, “cuando se quiere besar se buscan los labios”; por eso debemos aprender a darle valor e importancia a nuestros afectos, también debemos aprender la responsabilidad ante nuestras palabras, porque nuestras ellas nos hacen personas confiables, auténticas, certeras, tolerantes y de valores que llevan un registro justo en el cosmos de la vida.
Dicen por ahí que no hay cuenta sin saldar en cada uno de nuestros días, pues roguemos que nuestro haber existen cuentas de alegría, cuentas de momentos maravillosos, de recuerdos inolvidables, de vivencias mágicas, de palabras bellas y llenemos nuestro mundo de personas importantes, entonces, al final seremos responsables de cada una de las acciones y de cada una de las palabras que formen parte de lo que somos en el universo en el en el que coexistimos.❤
Imágenes propias. Fotografías tomadas con un móvil Blu Vivo One Plus. Cámara f / 2.0 1/100 3.79mm ISO 200. Editadas para los mensajes usando la aplicación de diseños Canva.
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