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¡Excelente! Así me pasó con este. Recordé a Cortázar porque él decía que había que sentarse a escribir como sacándose un monstruo de adentro, de un tirón, como un exorcismo. (Sé que lo menciono mucho, pero es que hacía analogías increíbles, jajaja).

¡Jaja jaja! No tienes por qué disculparte. Los clásicos son para eso: para manosearlos una y otra vez ;)