Mi poema de hoy está inspirado a esa otra mitad que nos complementa, ese ser único con quien queremos estar en el amor, y en la distancia, en el temor, en la lluvía, en el frío, en el calor y hasta en el dolor, en el mar, en las estrellas y hasta en la luna, definitivamente en cualquier laberinto del universo, pero que sea a su lado sin contratos ni condiciones.
Tu mirar es un juego de luces que iluminan la ensenada
Cuando te da por competir con rayos y estrellas
Los peces no duermen en la madrugada
Y la luna emocionada también se desvela.
Noches frías iluminadas por solitarios faros costeros
Y no sabes como duele el no poder tenerte cerca
Tu luz marinera a mi barco le enseña el sendero
Duele respirar pues, ya no tengo tu presencia.
Como duele no escuchar tu suave voz
Recreando el movimiento de tus olas eminentes
Pero duele mas decirte adiós
Saludando a lo lejos con señales intermitentes.
Me dueles como herida abierta, esa que lleva a muerte lenta
Oscuridad que me alumbra, así no haya luna
Tu voz, tu aroma y tu piel corren por mis venas, así esten abiertas
No sé si eso aún esté bien o sea mejor no sentir ninguna.
Si me invitas con tu juego de señales a tu lado voy
Cuando me seduces con esa luz blanca, y me sonrojas
Un NO seguro haría que mi barca se parta en dos
Así sea en la costa mi vida se hunde y también se ahoga.
No sé si me ahogaría el mar o el triste recuerdo de tu adiós
Puede ser que la marea se lleve a fondo esta anhelada relación
Sólo me quedará el silencio y el vacío en mi interior
De esos que se hacen eternos porque hay un abismo entre los dos.
Tendría que dejarte de amar para así poder seguir
Se volveran a encender aquellas luces que jamas apagué
El mar me hará recuperar lo que una vez perdí
Y lloverá para calmar mi sed, y así podré ver otro amanecer.
Sé que podré, encontraré el rumbo y llegar así a la salida
Regresaré más valiente a creer, y a vivir sin mentiras
Podré soñar otra vez como lo hacía en aquellos días
Como cuando te conocí, yo te amé y tu tambien me querías.
Regresará ese olor a mar con olas que se encienden
Por llegar a ti cuido los detalles y navego lentamente
Dentro de mi corazón ya alegría se siente
Tierra a la vista les indica esa luz incandescente.
En nuestras citas románticas de pájaros bajo las estrellas
Eres esa luz que me deja los mejores amaneceres
Como aurora luminiscente pones mi noche bella
Pues, Iluminar este horizonte es uno de tus grandes quereres.
(Hacia mucho tiempo que ese mar se había secado, y aún así seguía encendiendo su luz cada noche, nunca se sabrá, exclamaba el farero).
