En toda casa hay alguien adoptado (ni es tu hermanito, ni es tu mascota), a veces hay alguien que se colea en cada hogar; quizás está allí prestando un servicio, pero todas las personas que entran a una casa y hacen vida dentro de ella, más temprano que tarde, se vuelven parte de la familia.
Incluso si su servicio acaba, incluso si se van, el puesto que se han ganado por mérito esta en los corazones de todas las personas que les recuerdan.
Este es un cuento sobre Damelys Pérez Guerra (tremendo nombre ¿verdad?). Oriunda del oriente del país por esas tierras del estado Sucre, esta negrita formó parte de la familia durante varias décadas.
Y esta historia comienza...
Mucho antes de mi nacimiento; hacía falta alguien en la casa que tenían mis abuelos en horizonte que colaborara con la limpieza, aseo y cocina. Nunca supe como, pero mis abuelos dieron con Damelys y desde ese momento empezó a ser parte de la vida de mi familia. Damelys era la confidente de mi madre y su mejor amiga dentro de un hogar bastante disfuncional con un padre violento y abusivo verbalmente y una madre que no sabía como manejar esas situaciones. Yo escucho los cuentos de las escapadas de mi madre, y que solo Damelys sabía y se que Dios la puso allí por una razón.
Y aquí es donde entro yo...
Mi madre, divorciada ya de papá, estaba haciendo sus estudios de postgrado y viviendo entre dos lugares, Caracas y Barinas, así que yo estaba estudiando en Caracas (preescolar) y viviendo con mis abuelos, como ellos dos trabajaban, yo me la pasaba fastidiando a Damelys mientras ella cocinaba (las mejores empanadas del mundo) o limpiaba la casa.
De chiquito era muy mala boca (de esos niños que no gustan de comer nada de nada), yo pasaba tres horas terminando el almuerzo, a veces más. Cuando me quedaba poquito y no había nadie viendo, siempre le decía Damelys, ayúdame y ella venía primero a regañarme ¡Miguel, come! y después de un rato la convencía y ella terminaba mi plato cuando yo no podía más.
De mis mejores recuerdos quedan los paseos al parque. Me gustaba mucho subir al tobogán por la rampa en vez de la escalera y como le tenía cierto pavor a las alturas ella estaba abajo, siempre vigilante, mejor apoyo moral imposible. Damelys me columpiaba por ratos que para mí podían ser horas y quizás no eran más que minutos. Yo sé que todos recuerdan la alegría de que alguien te columpiara cuando estabas pequeño, pura magia ¿verdad? Luego de los paseos al parque subíamos toda una cuesta hasta el abasto que estaba cerca de casa de mis abuelos. Allí me compraba un helado o uno de esos pingüinitos marinela con los reales que mi abuela le daba. Recuerdo también que yo le pedía helados a mi tía para regalárselos a Damelys, Jajaja.
Siempre me ha gustado la música, y me encantaba poner a un grupo venezolano llamado Serenata Guayanesa para escuchar La Pulga y el Piojo así como también repetía la película del Rey León u Oliver y su pandilla miles de veces al día, tantas como pudiese... Y ella me ayudaba siempre y cuando no estuviera quitándole su horario de novelas venezolanas ni el noticiero a mi abuela.
Como todas las cosas cambian, mi situación de vida por allá cambió también. Mi abuelo no supo llevar bien su matrimonio y mi abuela se separó de él cuando yo tenía seis años. En ese momento toda la familia apoyó a mi abuela debido a que su ex marido era una persona verbalmente violenta. La única que por cosas del trabajo tuvo que quedarse fue Damelys viviendo en casa de mi abuelo. era divertido porque una de las razones para ir a ver a mi abuelo era realmente estar con Damelys. Pero hasta eso se hizo complicado, Damelys tampoco soporto mucho tiempo a mi abuelo y menos ahora que solo estaban ellos dos en una casa que antes albergaba a un gentío... Así que cuando pudo, cogió sus macundales y se regresó a su tierra por allá por Irapa.
Los últimos años...
Después de la separación de mis abuelos y de su regreso a su pueblo, el contacto fue más difícil, con llamadas ocasionales y uno que otro viaje a Caracas para ver a su familia, aprovechaba de vernos también a nosotros.
Damelys, en sus últimos años, no tuvo la vida fácil. Tristemente ya en sus 70 años la agarró el cáncer, uterino en su caso. Gracias a Dios en medio de la crisis humanitaria de Venezuela pudo encontrar todos los medicamentos y la quimioterapia necesaria. Fue operada con éxito parcial, las quimioterapias la tenían debilitada y ya la vejez también le estaba haciendo estragos en el cuerpo. Cerca del final, uno de sus pulmones se lleno de líquido, tuvieron que hacerle un drenaje más o menos en octubre de 2017 por las complicaciones respiratorias y esas fueron nuestras últimas llamadas.
Mi negrita murió rodeada de su familia en un hospital de Güiria en la madrugada del 14 de diciembre de 2017.
Y vale destacar que hasta en lo momentos difíciles, nunca dejó de ser risueña y querendona con mi hermano y conmigo.
Tejido con mis recuerdos:
Les traigo yo este poema, que quedo como una gema pa´ inmortalizar la memoria, y esa parte de la historia llamada:
Damelys Pérez Guerra.
I
Por las praderas de ensueño
yo te traigo mi cantar.
Damelys vo´a recordar
tu cariño tan risueño.
Cuando estaba yo pequeño
a pasear tu me sacaste,
de la mano me llevaste
para el parque y a la escuela.
Fuiste tu como un abuela
con amor te dedicaste.
II
Negrita de ojos oscuros
y corazón luminoso
con tu brazo poderoso
dejaste el frasco seguro.
¿Quien lo cierra así de duro?
Doña Carmen preguntaba
y cerrado se quedaba
para que lo abrieras tú,
pues más fuerte que el bambú,
negrita, fuiste forjada.
III
La dueña de la cocina
la reina de la empanada,
Damelys, bien sazonada
esa empanada divina.
Armada con disciplina,
llena de queso y crocante,
es que ningún restaurante
se compara a tu sazón
oriente que es tu región
tu cocina hizo elegante.
IV
"Pues vamos a ver pa´ ver"
tu frase más destacada
Damelys es recordada
en las fibras de mi ser.
¡Te voy a extrañar mujer!
fuiste grande cual la sierra
bondadosa cual la tierra
eres parte de mi historia
¡Que Dios te tenga en la gloria
mi negrita Pérez Guerra!
Que brille para ti, querida Damelys, la luz perpetua.
Muy buena la redacción y una historia verdaderamente nostálgica, cómo la llamaste tu "tu viejita" está descansando. Poco a poco debemos seguir adelante por los que están h por los que lamentablemente ya no nos acompañan.
Así mismo es compae, pero hay que sacarse el guayabo y esta fue la única forma que encontré. Aparte así le hacía un homenaje y celebraba su vida; pa poderla despedir porque no pude ir al funeral.
Excelente publicación, y bienvenido a esta comunidad, te doy mi voto de apoyo y te invito a seguirme, y aquí te dejo mi última publicación https://steemit.com/spanish/@yuannalyv/eres-venezolano-entonces-mira-este-post-puede-que-te-interese saludos
Si? que fue lo que más te gustó?
Que dulce homenaje a quien te brindo lo mejor, lamento tu perdida, es muy reciente aún. Fue una luchadora, el cancer es una enfermedad demasiado dura.
Hermoso poema a tu negrita, que su luz jamas deje de brillar a traves de las estrellas.
Un abrazo.
Gracias @marpa, que así sea.
Una madre que te regaló Dios, que nunca te falló, que te llenó de amor puro y bonito. Vaya homenaje a quien se lo merece! Tu ángel en la tierra y ahora en el cielo! Que Dios la tenga en su Santa Gloria!!! Amén... Saludos @miguelfiguera
Amén. El Señor sabe que le da a cada quién y yo por eso estoy agradecido. Amor maternal nunca me ha faltado, me ha dado dos abuelas y dos madres. Gracias por los buenos deseos.
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