La fuerza del ser humano es más grande que ninguna otra, solo nosotros podemos salvarnos. Mientras que nuestra mente esté solo en actitud de aprovecharse del otro nunca podremos crecer. Dios nos llama a unirnos y a velar por el prójimo, en cualquier rincón del mundo es necesario primero que nada ser humanitarios, esto no es solo en un lugar, es en el mundo... Gran escrito.