Era una mañana linda, me había levantado muy temprano, hice lo que tenía que hacer y salí a dar un paseo, pensé en ir al parque, allí podía inspirarme un poco para escribir mi historia, era extraño, pero mientras caminaba sentí una sensación de que ese día iba a ser diferente, -“ojalá”- me dije a mí misma. Cuando por fin llegué a mi destino fui a sentarme en un banco que estaba cerca de un árbol, saqué mis materiales, ya estaba lista para empezar a componer mi relato, cuando me entretuve con el aleteo de una mariposa, era distinta al resto, me pareció bonita, pasados algunos minutos el canto de unos pájaros llamó mi atención, quería entenderles, lástima que eso no es posible, miré hacia el cielo y pude notar que había un arcoíris, sus colores estaban más hermosos que nunca, parecía como si estuviera allí para mí, mi cabello comenzó a moverse con el viento, cerré los ojos quería disfrutar de este momento.
Reaccioné al escuchar una dulce voz diciéndome: “¿Qué estás haciendo?”, era una pequeña niña, tenía en su mano dos flores de las cuales me dio una, yo estaba algo confundida, sin embargo le sonreí, no quería que pensara que la estaba rechazando. Su mirada era cálida, sincera, reflejaba paz y felicidad, me hizo recordar el pasado, mi pasado, me sentí bien por algunos minutos, a pesar de que yo no pronunciaba palabras, la pequeña seguía a mi lado, irradiaba ternura, ella volvió a preguntar “¿qué estás haciendo?”, pero esta vez con algo más “¿quieres jugar?”, le respondí amablemente “ya soy algo mayor para estar jugando como los niños”, “pero, ya lo estás haciendo y te he encontrado, deberías esconderte mejor”, me dijo, no entendí de lo que hablaba, me reí y para seguirle la corriente le contesté “lo intentaré”, la niña callada, sólo me miraba con dulzura, se despidió, pues tenía que irse, busqué en mi bolso un dibujo que había hecho hace unos días para regalárselo, lo aceptó y agradeció, pero antes que yo pudiera decir algo más, salió corriendo, rápidamente me levanté del banco dejando caer mi libreta, le grité “¡espera!” pero desapareció entres los árboles, estaba desconcertada por lo que había pasado.
No me había dado cuenta que era tarde, comencé a recoger mis cosas velozmente no quería estar en las calles de noche, me decepcioné que no pude escribir mi historia, cuando miré el cuaderno, noté que había una nota que decía: “Recuerda no cerrar los ojos por tanto tiempo, porque te puedes perder de lo bello que te puede ofrecer la vida”, me sorprendí mucho porque en ningún momento toqué el bloc, “habrá sido la… niña” pensé, “no, no creo, era improbable”, traté de no darle mucha importancia y me dirigí hacia mi hogar.
Desperté, miré alrededor y me di cuenta de que… Era una mañana linda, y decidí levantarme muy temprano a hacer lo que tenía que hacer y pensé en ir a dar un paseo, pero antes me detuve a pensar y dirigí mi mirada hacia la hoja que colgaba en la nevera, ya han pasado varios días y todavía me acuerdo de ella y cuando voy al parque la veo, en las aves, las mariposas, en las cosas lindas que puedo observar, gracias a esa pequeña es que escribí esta historia, mi historia…
Hermosa historia, y con una reflexión aún mejor.
Muchas gracias. Dios te bendiga :)