El sol, abre la mañana.
Me levanto con las sábanas pegadas, a un cuerpo cansado, que no quiere despertar; comienzo mi rutina vacía; cruzo la calle, saludándo rostros presentes, de miradas ausentes, que no quiero saludar.
Y así, pasan interminables las horas y la alarma me recuerda, que aún faltan minutos, para poder terminar un arduo trabajo, que no supe comenzar.
Regreso a mi casa, que me espera tan sola y vacía, como quedaron mis proyectos aún sin terminar; la noche me recuerda que la cena está fría, como mis pies descalzos, que piden a gritos, los arrope al andar!
Una caja en el armario, me recuerda el regalo de mi madre, aún sin abrir; mis manos temblando llenas de emoción, abren lentamente, lo que he postergado por años abrir.
Quisera empezar recordando la emoción de su rostro y el mío llorando de tanto sufrir; el tiempo curo aquellas heridas y es el momento de recibir, lo que ese ser amado, escogió para mi.
Es tanta mi emoción, que solo quiero caminar, paso a paso, para no desgastar, este apreciado regalo, que me niego a estrenar. La noche me invita a la más grande fiesta, en donde puedo bailar, bajo la luz de la luna, hasta nunca parar!
Estos zapatos, llenos de luz, marcarán mi camino, recordándome cada instante, que en un lugar cálido, hay alguien que vela por mi!
Hola! me ha gustado tu texto, voy a seguirte ahora, te invito a que me sigas, leas algunos de mis posts y si quieres votar! besos
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