Con razón, siendo hija de @charjaim, no podíamos sorprendernos, que suerte la tuya. Mi camino hacia la lectura fue muy duro, teníamos, mis hermanos y yo una maestra que con regla en mano y un pequeño látigo nos azuzaba en la lectura. ¡Dios libre que no nos supiéramos la lección! Aprendí a leer y escribir muy tarde, dificultándome la adaptación en la escuela, la cual odiaba y detestaba. Como han cambiado las enseñanzas.
Casos como el tuyo y el de tu hermano son los que no debemos permitir que se repitan y esmerarnos en comprender a los niños en sus múltiples inteligencias y sus diferentes procesos de aprendizaje. Que bueno que aún empezando con el pie izquierdo igual te enamoraste de la lectura, ella te cobijó para no soltarte jamás.