Ahora que hay tantos venezolanos regados por el mundo, pero sobre todo en países de América del Sur, otros en países de América Central, algunos en islas del Caribe y unos cuantos en España (por sólo mencionar los de habla hispana), no habrán tardado en notar en cualquiera de ellos la elasticidad y la variedad inmensa de sentidos que tiene la palabra vaina en boca de un venezolano.
Vaina es todo y nada. Significa lo que queramos o lo que no sabemos nombrar con su propio nombre, origen o características.
En Venezuela uno puede:
Echar vaina, que puede ser bromear o molestar (dependiendo la circunstancia y con su sinónimo joder para ambos casos).
Echársela o dársela de una vaina, que es ser pretencioso, arrogante, engreído o más vulgar aún: comemierda.
Echar una vaina, que puede ser desde la más común trampa o estafa hasta un golpe de estado.
Ser una vaina: una persona con méritos o muy importante.
Ser buena vaina: ser buena persona.
Tenerle vaina a alguien: tenerle desconfianza u ojeriza, incluso miedo.
Fulano sí tiene vainas: que alguien sea ingenioso u ocurrente.
El Diccionario de venezolanismos de la profesora María Josefina Tejera dice de vaina: Problema, contrariedad, inconveniente, molestia. Cualquier asunto o situación. Daño, perjuicio que se ocasiona voluntariamente. Tontería, impertinencia, broma. Ofensa verbal, insulto.
Y vaina es sinónimo de todo lo que a usted, estimado lector, se le ocurra.
Por ejemplo:
Pedro es bueno arreglando cualquier vaina, que puede ser reparando desde un televisor hasta una computadora, pasando por automóviles o instalaciones eléctricas.
Fulano pinta unas vainas buenísimas, refiriéndose a un buen pintor como el venezolano Jacobo Borges, cuyo nombre lo ostenta el Museo del Oeste de Caracas.
Luis no se está con vainas: Luis es sincero, franco y dice lo que piensa.
A mí que no me vengan con vainas: que no me vengan con mentiras o promesas o discursos populistas como tantos políticos venezolanos.
Resulta inagotable el caudal de vaina en Venezuela, pero quiero terminar esta breve nota con una anécdota del querido profesor y escritor venezolano Adriano González León (que escribió unas vainas buenísimas, como la novela País portátil, la cual recomiendo). Contó Adriano, con su emotivo y animado estilo para dar clases y echar cuentos, lo siguiente:
“En un curso de pocos estudiantes en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, faltaba uno por entregar el trabajo final que debía versar sobre Pedro Páramo, de Juan Rulfo. El día que precisé a ese estudiante para que entregara el trabajo, me justificó la demora en estos términos:
-Caramba profesor, ¡qué buena vaina, pero es que no quiera hacer el trabajo, es que me ha pasado cada vaina! Como usted pidió, yo me leí mi vaina, analicé mi vaina, tomé notas de mi vaina y empecé a echarle bolas a mi vaina. Me comí una vainita, reposé un rato y me instalé a escribir mi vaina, y le di duro, profe, a mi vaina, pero no pude terminar ayer porque se me presentó una vaina en la familia y tuve que salir a resolver esa vaina. Pero cuente con que esta noche termino esa vaina y mañana la tiene en sus manos. Y gracias por aguantarme tantas vainas.
Y, en efecto, el estudiante me entregó el trabajo al día siguiente y déjenme decirle una vaina - agregó Adriano, conteniendo las carcajadas-, el muchacho hizo un buen trabajo y yo le puse un diecinueve a su vaina”.
Amigos de esta gran comunidad de Steemit, si llegaron hasta aquí, espero que hayan disfrutado de esta vaina.
¿Cuándo saldremos de esta vaina? Cuando ya no aguantas la situación país, jajajaja, me encantó!!
Está bien la vaina jajaja
Y a veces, no sé, da vaina...
Qué vaina, ¿no?
Me divertí mucho con esta vaina. Gracias por esa vaina tan buena.
lo disfrute con mucha vaina ... jejeje...
Jeje esta vaina estaba buena Felicidades por tu post UpVote