Como bombero vi cosas que no muchas personas tienen la oportunidad de ver, vi nacer a muchos junto a los alegres corazones que celebraban esa llegada a este mundo, también el llanto desconsolado de familias que vieron a sus seres queridos morir, con corazón fuerte manifestaba empatía en aquellos que con solo la resignación y ocasionalmente sin esperanzas veían a su familiar partir de esta hermosa vida.
Un bombero es aquel servidor desinteresado que ayuda sin esperar algo a cambio, y con iniciativa hace más de lo que tiene asignado con la mejor vocación, brinda apoyo con ética ante cualquier dificultad; sea personal, social, laboral, académica, espiritual, en fin todo escenario es bueno para ayudar a otro. Un bombero nunca se cansa de ayudar tampoco pregunta que obtendrá a cambio, solo extiende la mano y no espera un resultado solo ser un apoyo.
Un bombero es aquel que con humildad no se ofrece, pero tampoco se niega. Es aquel que con identidad institucional labora con la motivación de llevar paz al corazón de otros. Eso es un Bombero.
En Venezuela serví como bombero durante 19 años desde niño, y gracias a Dios hoy me siento contento pero no conforme. Aprendí muchas cosas buenas y otras no tan buenas, entendí también que es cuestión de actitud y decisión los resultados que traigan están dos vertientes; pude entender como la tolerancia, la paciencia, la conciencia humana, la simpatía, y un buen animo pueden abrir y cerrar puertas que nos llevan a crecer o permanecer en el mismo lugar durante toda la vida.
Lloré, reí, me molesté, estuve contento, medité, accioné de manera emocional, fui descuidado, arrogante, fastidioso, antipático, frío, indiferente, enamorado, mentí, fui cobarde, imprudente, gracioso, y si continuo tendré que hacer otra publicación con todos esos atributos positivos y negativos; que formaron el carácter de la persona que soy actualmente.
He decido detener mi carrera como bombero profesional y dar paso a las generaciones venideras, me alegra el hecho de saber que mi conocimiento ha sido compartido con la brigada juvenil y otros jóvenes con mayor vehemencia institucional; los admiro y los respeto por sus actitudes. Sé que no ha sido en vano.
Mi dedicación ahora esta enfocada en seguir enseñando y capacitando personas alrededor del mundo, mi visión ahora es amplia para aportar mi conocimiento en pro de un mundo mejor para mi familia, la sociedad y todo aquello que respira.
Estoy inmensamente agradecido con Dios, mis padres, mi hermana, mis hijos, mi esposa y con la institución que me sostuvo por todo este tiempo para trabajar como esa herramienta que formó el hombre que soy actualmente; gracias a todos.
Atentamente
P.D.: Sin lagrimas, lo prometí.