De los confines de la mente humana, es difícil deducir su verdadera interpretación en cuanto a la realidad, simplemente por el hecho de que cada individuo conforma su pensamiento con base en sus vivencias, siendo esto el factor principal que marca o direcciona su accionar. Si bien se considera que manejamos los mismo códigos y símbolos, no es de extrañar que cada quien los procese de manera distinta, pues como se ha dicho poseemos en el fondos estructuras de pensamiento divergentes que al ser conjugadas y expulsadas a través de los diversos medios artísticos o no, dan como resultado una gran variedad de formas e interpretaciones de la realidad, que solo pueden ser producidas por medio de la imaginación.
Ahora bien, la realidad se podría visualizar como algo carente de significado, tal como lo postula Lacan, donde lo real solo concibe el significado a través de lo simbólico y lo imaginario. Para tener más claro esto, se puede constatar en el cuento del escritor Manuel Rojas, de nombre, La mano del moribundo (1990), donde un acontecimiento como lo es la muerte puede, para algunos, carecer de esta visión poética, dotada así por el escritor Tachirense. Según Lacan (1983):
Si la palabra se funda en la existencia del otro, el verdadero, el lenguaje está hecho para remitirnos al otro objetivado, al otro con el que podemos hacer todo cuanto queremos, incluido pensar que es una objeto, es decir, que no sabe lo que dice. Cuando nos servimos del lenguaje nuestra relación con el otro juega todo el tiempo en esa ambigüedad. Dicho en otros términos, el lenguaje sirve tanto para fundarnos en el otro como para impedirnos radicalmente comprenderlo. (p. 367)
De modo que la interpretación que se podría tener tanto de la realidad, como de sí mismo, puede ser muy distinta a la que poseería otro. En este orden de ideas se crea una disyuntiva en lograr consensuar la visión que exista en cuanto a algo en específico, pero sin lugar a dudas aquella multiplicidad de conceptos o significaciones brindan aportes importantes al desarrollo de la mente humana, rompiendo esquemas y ampliando el universo de interpretación. Asimismo, es notorio en el trabajo de Manuel Rojas y la forma como aborda la muerte, desde una visión de la vida, queriendo darle dinamismo a un objeto “el cuerpo” que no posee mayor actitud que la de permanecer inmóvil.
Y de pronto ella me descubrió en el umbral de su conciencia. Me acerqué; de sus labios despegó algo así como un lamento (ya no irónico) que se fue perdiendo lentamente en la estancia. Alargué el brazo y acaricié su cabeza. Note que estaba empegostada de sangre. Sin palabras asió mi mano y de repente recordé las fotografías. Su rostro se redujo en mi cerebro a una simple copia de negativos, a un recuerdo para el archivo del olvido. La miré estúpidamente, creo, pues aunque no lo quisiera, ya tenía el final de este drama. Algo supremamente misterioso nos separaba para siempre, algo poderoso, más allá del bien y del mal (Rojas, 1990: p. 40).
Es así como se percibe a través de los ojos del otro el concepto de la muerte, en este sentido el cuento permite ahondar en la forma como el escritor andino metaforiza y brinda una descripción que escapa del modo como se podría apreciar ese acontecimiento en la realidad, pues su empleo del símbolo y lo imaginario, permite una nueva forma descriptiva de ver el retorno de la memoria del aquel que está ausente. Adjudicándole cualidades que ya no posee, e indudablemente se pueden inferir directamente al querer reanimar aquel ser que yace postrado.
Referencias:
Lacan, J. (1983). El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Barcelona: Editorial Paidós.
Varios. (1990). El color sepia. San Cristóbal: Editorial Toituna-AET.Conac.
Imágenes:
en lineaPrimera imagen
Segunda imagen
Tercera imagen
Para más post como este síganme: @macondo
Saludos @macondo
Uno de mis temas preferidos, percepción y realidad, no pienso agregar nada porque tu post me supera por mucho. Pero si voy a agradecer dos cosas:
Una que entre análisis y reflexión me presentaras a Manuel Rojas, quiero leerlo después de ese análisis y de los fragmentos.
Dos que nos encontráramos en el chat y en mi casa, ganaste un fan ahora tengo tarea para leer tus anteriores y próximos escritos.
Gracias. Ese es el objetivo apreciado @michelcamacaro, que la semilla de la curiosidad brote en los respetados lectores. Manuel Rojas, es un excelente escritor tachirense, oriundo de San Cristóbal, te lo presento: http://trazos-trazos.blogspot.com/ Iré articulando la reflexión. Saludos.