Para mi esa mujer tenía todos los atributos que yo ha de querer y desear, me perdía en sus senos al besarlos profundizando en su parte izquierda. Mis manos quedaban pequeñas cuando masajeaba sus glúteos que jugaba a tomarlos y dejarlos caer. Era toda la lujuria que necesitaba en esos momentos.
Teníamos una manía con mucho plagio, nos adentrábamos tanto en el acto sexual, que, por muy fuerte las nalgadas emitidas por mis manos no había corte en el disfrute. Sus gemidos a distancias me aturdían y disparaban el erotismo en mí, en ella, en ambos; éramos de poco hablar, ya las miradas decían mucho, nos entendíamos tanto que cuando se llegaba al momento de terminar, nuestros ojos se entrelazaban, las miradas se cruzaban y vulgarmente con esa mirada me decía:
¡Acábame adentro!
Un instinto bizarro se apoderaba de nosotros, esta era nuestra manía, repetir el acto una y otra, y otra, y otra vez. Sin cuidado alguno, corriendo el riesgo al albur de un embarazo no deseado. De vez en mes nuestros sentidos se alteraban, al realizar un conteo que no nos enmarcaba en buenas ramas de planes para la determinación del cronograma de vida llevado, muchos meses nos adherimos a esa manía.
Yo siempre con la ilusión, pero muy angustiado, ella sin nada más que, angustias como cualquier ladrón al asaltar. Nunca me pregunte ¿Por qué tanto temor?, pero el tiempo se encargó de relatarme, pedazo por pedazo, que no era el único con quien desarrollaba, involucraba y efectuaba dicha manía.
Un poco de sensualidad nunca esta de más al momento de escribir, esa es la motivación que necesite para mostrarle esa fragmento de vida, vida, que, posiblemente mas de uno ha vivido. Si te pareció de agrado me encantaría que me comentaras que te parece y si te gusto no olvides votarlo. Sígueme @luisyo15.
Hasta la próxima amigos