Buenas tardes, hoy voy a hablar acerca de una enfermedad reumatológica muy frecuente: Artritis Reumatoidea.

La Artritis Reumatoidea es una patología crónica, inflamatoria, de base inmunológica, que afecta principalmente las articulaciones; y que a su vez se acompaña de cierto grado de afectación sistémica. El daño articular que se observa en esta enfermedad se caracteriza por ser simétrico, erosivo y deformante, y afecta principalmente las articulaciones pequeñas, especialmente las de las manos.

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Es una enfermedad tanto de jóvenes como de adultos contemporáneos; tiene dos picos de mayor frecuencia: entre los 15-20 años y después de los 40 años, asociándose la aparición más precoz a mayor deformidad e incapacidad funcional. Es más frecuente en mujeres que en hombres.

Clinicamente se caracteriza por presentarse como una poliartritis (más de 3 articulaciones) simétrica, afecta principalmente las articulaciones de las manos (interfalángicas proximales y las metacarpofalángicas) pero con frecuencia afecta las muñecas, pies, tobillos, rodillas, codos, hombros e incluso la cadera; acompañándose de manifestaciones generales como rigidez matutina (en horas de la mañana) que tiene una duración mayor de 1 hora, la cual mejora con la actividad y empeora con el reposo, fatigabilidad, astenia.

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Según la capacidad funcional, se clasifica en cuatro grados:

I- No hay limitación de la actividad física.

II- Leve limitación de la actividad física, todavia puede realizar actividades cotidinas.

III- Gran limitación de la actividad física, no puede realizar la mayor parte de sus actividades cotidianas.

IV- Incapacidad total, paciente confinado a silla de ruedas o encamado.

Es muy común observar deformidad en múltiples articulaciones, pero las más frecuentes se observan en manos y pies. Entre ellas se encuentran: la deformidad en cuello de cisne, la deformidad en boutoniere (ojal), deformidad en rafaga, dedos en martillo.

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Deformidad en rafaga
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El tratamiento consiste básicamente en el uso de analgésicos para mejorar el dolor, esteroides y los fármacos antirreumáticos, que son los que se encargan de frenar la respuesta inflamatoria autoinmune y evitar la progresión de la enfermedad (Metotrexate, sulfazalacina, leflunomida, hidroxicloroquina, etc).

Ante cualquier cuadro de dolor e inflamación articular múltiple, de aparición insidiosa, asociada a rigidez, consulte a su médico para corroborar o descartar el diagnostico de Artritis Reumatoidea.

Espero el post haya sido lo suficientemente instructivo y pueda ayudarlos a reconocer los síntomas de esta enfermedad que muchas veces pasa desapercibida y el paciente acude en etapas más tardias.

Nos leemos en otras publicaciones.