Está claro que un líder necesita valor para levantarse y parecer ridículo. Es algo tan sencillo y a la vez casi educativo.
El líder debe tener un factor clave:
Ser fácil de seguir.
Ha llegado el primer seguidor. Éste muestra un papel esencial en el movimiento, el cual es mostrar públicamente cómo hay que seguir.
Presta mucha atención a cómo el líder lo trata como a uno igual. Esto da paso a que el líder ya no esté en solitario, sino en una pluralidad.
Se puede decir que el líder es un pedernal y el primer seguidor es la chispa que enciende la llama.
El primer seguidor:
- Debe ser valiente, pues se debe enfrentar al ridículo.
- Es una forma subestimada de liderazgo.
- Transforma a un loco en un líder.
Al unirse el segundo seguidor, se tiene asegurado que el primer seguidor lo ha hecho bien.
Inicia el punto de inflexión
Ya no son dos locos, ahora es una multitud y están ahí para decir algo.
Ya que el movimiento debe ser público, el público no debe ver sólo al líder.
Los nuevos seguidores emularán a los seguidores, no al líder.
En el movimiento se unieron 5 más, se ha conseguido el impulso.
Ya tenemos un movimiento.
A medida que se unen más personas, se reduce el riesgo.
El público a los alrededores que antes se quedaba mirando ya puede unirse, pues ya no van a destacar.
Primer público:
- No destacarán.
- No parecerán ridículos.
- Formarán parte de un grupo de modas si se dan prisa.
Por consiguiente, llegará el resto de la multitud, pues estos serán ridiculizados si no se unen.
Y así se inicia un movimiento
Se puede decir que el liderazgo está sobrevalorado pues al líder se le dará todo el mérito, pero todo el movimiento funcionó gracias al primer seguidor, ya que este lo convirtió de un loco a un lider
No hay movimiento sin el primer seguidor.