¡Hola, amigos de Steemit!
Hace casi un año y medio realicé el diseño de este grabado xilográfico, cuando se empezaba a agudizar el cambio de "menú" en los platos de comida en Venezuela. La harina PAN se apartaba, y llegaban las masas de maíz de cualquier puesto de venta en cualquier esquina, el jamón se sustituía por la mortadela, y el atún perdía terreno contra la sardina enlatada.
Estos cambios en el patrón de consumo que son definidos y mutados por la realidad del país siempre me han interesado como objeto de análisis desde las artes, junto con el carácter beneplácito y conformista de esta población que conforma mi entorno. En su momento (un año antes) me parecía irónico que elementos de consumo desestimados en tiempos de bonanza, gracias a que el poder adquisitivo, más la demanda del mercado nos lo permitía, y que habían llegado al punto de considerarse propios de clases sociales económicamente desfavorecidas, se estuviesen convirtiendo en el pan de cada día de todos los que sufrimos esta crisis llena de absurdos e irresponsabilidades conjuntas.
Hoy, esta ironía se vuelve contra mí, convirtiéndose casi en una gracia cruel; conozco muy pocas personas que siguen comprando sardinas enlatadas y no directamente en los mercados o a los pescadores. Desconozco si la razón es por el precio de venta que poseen las latas, si es poco probable conseguirlas en supermercados y abastos, o simplemente por preferencia del consumidor.
Con las ventajas o desventajas que esto pueda significar en la economía, me parece una declaración, e incluso prueba de como nuestro país cambia y se adecúa a una variabilidad infinita de "normalidades" ágilmente para bien o para mal. Y añadido, de como el arte, al menos el que en su discurso intenta visualizar estos rasgos, nos es útil como crónica, memoria, protesta y reflexión.