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En una zona minera sometida por un grupo de Malhechores, se encontraba Ramón mejor conocido como el "Mocho" ya que a este le hacia falta una pierna, el contemplaba todo a su alrededor, desde lo lejos vio acercarse un grupo de hombres armados, pasaron por frente de él, cuando de repente ve que dentro del grupo de personas iba una cara conocida, este había tenido anteriormente problemas con esa persona, su mirada lo puso nervioso e inmediatamente se levanto y se fue a otro sitio, esa noche no pudo dormir, tuvo pesadillas al amanecer se levanto muy temprano a visitar otros sitios de trabajo que estaban generando buenas cantidades de "Oro", paso la mañana visitando los sitios, solicitando material para poder procesar y sacar algo de dinero.

Ramón llego a un sitio y de repente se le acerca un hombre mal encarado con una granada en la mano y una pistola en la cintura se le acerca y le dice, -Tienes las horas contadas "Mocho"-, Ramón sin decir nada se alejó, trato de caminar lo más rápido que pudo, cuando un amigo le dijo, -"Mocho" porque no te vas, ya tienes bastantes sacos anda y procesa tu "Oro" para que vayas al médico (Ramón se encontraba delicado de salud, padecía de Neumonía), el responde -no todavía me faltan otros sacos más.

Al día siguiente Ramón noto que algo no andaba bien, había cierta tensión y algunas actitudes extrañas y a su alrededor estaban reunidos los hombres mal encarados con algunos de los jefes de La Mina, se quedaron viéndolo y sin medir palabras uno de ellos lo tomo por la camisa y lo arrastro hasta el medio de todos los que allí se encontraban, todos miraban a Ramón, algunos sabían la suerte de aquel pobre e indefenso hombre, sin esperar más le quitaron las muletas y comenzaron a disparar, Ramón saltaba para esquivar las balas pero no logro resistir mucho ya que lo alcanzo una bala perforándole el estomago, cayo herido al suelo, los hombres lo levantaron y con un fuerte empujón lo lanzaron en la parte trasera de una camioneta sobre el colocaron unos cauchos viejos, al instante arrancaron adentrándose a la selva, según cuentan que a lo lejos se escuchaba el sonido de una motosierra, se podían escuchar los gritos de dolor y terror del Pobre Ramón, después de un rato ya no se escucharon mas gritos y lo único que se pudo ver fue una gran y oscura nube de humo.

Los familiares de Ramón nunca lograron encontrar su cuerpo, solo tuvieron que conformarse con lo que uno de los que estuvo presente les contó.

Ya han pasado 3 años desde la desaparición de Ramón y los familiares no han logrado poder darle una sepultura a sus restos.