¿Quien no ha visto alguna vez la imagen de una mujer gorda con un traje rojo, y los ojos pintados hasta la mitad de la cabeza afeita, empuñando un revólver?
Pink Flamingos es una de las películas más viles, estúpidas y repulsivas, una obra única del director americano John Waters, sale a la luz en 1972, y es catalogada como un film de comedia negra y cine de explotación en la actualidad un film difícil de digerir por algunos fanáticos del séptimo arte, una película de culto, etiquetada asi por los cinefilos.
Este obra representativa y transgresora de Waters, muestra un mundo decadente, en el cual la moral y las leyes de convivencia y respeto, simplemente no existen, se muestra la vida de Divine – pseudomino Babs Johnson (protagonista), una drag-queen obesa que vive en un remolque en las afueras de Baltimore junto a su madre Edie (Adicta a los huevos), su hijo Crackers (Un vago seduce mujeres ) y su mejor amiga Cotton (Adepta a voyeurismo).
El nombre de la película se origina por los dos estatuas de flamencos rosados de plástico que se encuentran al frente del remolque de esta excéntrica familia, y constituye la primera escena del film. La trama de la película gira entorno al enfrentamiento o disputa entre Divine y el matrimonio Marble, por el titulo de la “persona mas inmunda del mundo” que esta en manos de la protagonista. La familia Marble con la finalidad de arrebatarle el titulo se dedica a secuestrar a jóvenes, embarazarlas y vender sus hijos a parejas de lesbianas. No obstante Divine recobrará su renombre y convocará a la prensa de Baltimore para hacer público el enjuiciamiento y el castigo que los Marble merecen por sus sucias atrocidades.
Mas allá del trama, existen escenas que crean un total desconcierto en el espectador. Tal es el caso de la escena final, en la cual se muestra a un perro defecando y Divine asquerosamente se come el excremento, mientras una canción infantil acompaña la escena, el film es recordado por esto y el director le da un toque de aversión e ironía a su obra. Mucho se ha hablado de esta controversial actuación en la historia del cine, la cual por cierto no fue actuada, lo que nos causa una mayor repulsión.
La obra de Waters está llena de escenas provocadoras, en donde el incesto, el sexo desmedido, la violencia y lo escatológico se contraponen con la sociedad conservadora estadounidense de los años 70’s. Waters nos muestra el otro lado de la moneda, uno en donde reinan la repulsión y el desenfreno de los deseos más escandalosos y ocultos del hombre. El film muestra referencias a la familia Manson y queda demostrado por la dedicatoria que se ve al inicio a “Sadie, Katie y Les”
Hay que recalcar que Divine, protagonizado por el actor Harris Glenn Milstead, amigo de Waters desde la infancia, se presenta al espectador como transgresor y opuesto a las bellas y delicadas protagonistas del cine clásico hollywodense. Ella es más bien una antiheroína que se opone a los valores moralmente establecidos. Ella es una figura clave del cine homosexual, ya que sus interpretaciones sirvieron de inspiración a otros intérpretes transexuales, quienes buscaron durante muchos años la aceptación por parte del público.
A pesar de los años, Pink Flamingos no ha perdido su fama de ser una cinta provocadora y atrevida, sin importar las veces que sea vista, siempre causa repulsión, lo cual hace que quede inmortalizada en el gusto de muchos cinéfilos que prefieren los filmes menos comerciales y más bizarros. Es probable que la verdadera razón por la cual esta obra ocupa un lugar especial en la historia del cine sea por la premisa irónica que dice que una película de culto en ocasiones puede ser tan mala, que termina por convertirse en buena, o es tan violenta que al final resulta ser una burla. Lo cierto es nunca perderá ese toque tan repulsivamente fresco que Divine y sus amigos provocan en aquellos espectadores osados, quienes se atreven a mirar y comprender el obsceno, y a la vez creativo trabajo de John Waters.
Pink Flamingos es sin duda una de las películas más asquerosas que he visto y definitivamente sostiene el titulo de la película más transgresiva jamás filmada.