Él ya no quería correr,
él quería descansar,
por eso huyó allá,
para olvidar como volver.
Se despegó de sus raíces,
cortando los lazos del pasado,
un pasado que el no quiso tener,
pero era su pasado al fin,
y le pesaba como pesa la vejez.
Entonces halló en el alba,
el desahogo a su desespero,
pero ella era lejana,
así que se perdió,
y eso estuvo bien,
porque quien no se pierde buscándose a sí mismo,
nunca ha ido en su búsqueda.
El alba no lo ignoró,
en cambio le tomó,
y le dio las caricias que le hacían falta,
y los besos que añoraba,
pero todo a la distancia,
porque solo soñaba,
y ella nunca estuvo tan cerca como imaginaba.
Así que fue el horizonte su meta,
y aunque inalcanzable,
allá fue,
y no quiere volver,
pero quiere ser encontrado por el alba,
quién lo engañó,
y solo dejó pedazos,
de una ilusión,
que mas bien era un retazo,
del en engaño de una pasión.
Ahora él mira el cielo,
y desconfía,
porque a veces imagina,
que el alba,
en un piadoso acto de socorro,
le auxilia.
Bellísimo poema mi estimado amigo Leiker!! Estoy en la playa de hace una semana sin computador y con apenas internet para mí celular.
Un fuerte abrazo desde Chile!!!
Bellísimo.
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
Hermosa tu poesía.
Siempre me encanta leer tus poesías. Tú forma de escribirlas atrapan a los lectores. Grandioso :)
Sencillamente me encantó.