Muchas personas aclaman la noche, como un ambiente de descanso y serenidad, con matices fríos y de soledad, sin embargo mas allá de ello; la noche puede ser uno de los ambientes, más cobijadores y refugia-dores para algunas personas, incluso para la reflexión o la introspección del día a día, la noche se torna calor cuando en dado momento se emplean actividades, que alargan los entretejidos del tiempo, para rendir al 100, o iniciar una actividad que requiera del ambiente neutro que en la noche se da. Los músicos, escritores, científicos ...etc. Ven el cobijo radiante que la noche les da, como si se tratase de una prestación o un servicio, que ha de ser retribuido, con el uso efectivo del tiempo para crear algo que aporte valor; a su entorno inmediato, y a la noche que ni tan serena ni tan callada, emana su luz de creación y sabiduría.
Su momento, permite el despertar de las ideas, motivos, para llevar a cabo todo lo que su cliente quiera realizar; la luna da el servicio, y aveces es pagada de buena forma, en cambio otras veces no se le paga de buen modo.
Aveces prefiero más la noche que el día, quizá por las pocas distracciones que encuentro
Proclama una persona, acostumbrada al ruido del día; ella cambio de rutina para pasar algunas de sus jornadas a la noche, enamorándose llanamente del silencio.
Muchas personas, hallan el significado en la noche, osea que esta más que un frió consuelo, se puede volver en un caluroso encuentro para con la persona misma; esto se basa en elección, el re-descubrir o descubrir del calor que posee la noche, abrazarlo y conjugarlo con los propósitos que se tengan en mente, puede resultar demasiado satisfactorio, darle una frescura y cambios de rutinas o la prueba de nuevas ideas (ponerlos a prueba en carne propia).