Excelente artículo amigo. Abordas un tema tan profundo como esas aguas a las que muchos entregan su vida o su muerte, y a pesar de la relativa brevedad del texto, la conmoción de su mensaje deja una sensación que se sabe perdurable. Acaso porque soy venezolana y a estas altura entiendo demasiado bien de dolorosas partidas, o tal vez porque si no fuera venezolana, lo entendería igual: me interesan las personas, el conocido y el desconocido, me importa esto que somos y no somos, nuestra humanidad.
El hecho de que la promesa de otra vida posible sea "más que suficiente para morir por vivir" (estremecedora frase, por cierto), debería repercutir como una cincelada sobre el alma de cualquiera. Y aunque apoyo totalmente que toda política humanitaria debe tener un equilibrio severo, para que el bien de unos no se convierta en la desgracia de otros, me cuesta entender la indolencia de tantos ante quien no tiene nada, salvo la posibilidad de respirar aún. "¿Y si ese fuera yo? " debería ser una pregunta obligada para cada quien que forme parte de una sociedad. Sin empatía jamás se podrán sustentar las bases para una humanidad auténticamente mejor.
Saludos sinceros, de parte de una "ciudadana del mundo".
Con ciudadanas como usted, @lasiria, en el mundo, todo se vuelve menos inhóspito al compartirlo. Muchas Gracias, una delicia leer su comentario, tanto por la calidad de su escritura como por su ponderado pero en todo momento humano juicio de valor. Pertenezco a su mundo
El placer por la lectura ha sido mutuo @domidelpostigo. Hay una secreta alegría de reconocer en otros la pertenencia a un mismo mundo, en el que se comparten ciertos valores superiores.
Así es, @lasiria. Gracias, de nuevo. Te deseo Alegría y Suerte y lo mejor para tu país, Venezuela, que a muchos nos duele y preocupa y para el que queremos un gran futuro y un mejor presente en paz, libertad y prosperidad