Se va la luz y todo queda en silencio, a la distancia suena un trueno y a los pocos minutos cae la lluvia. El silencio de la noche me permite escuchar la lluvia golpear sobre el techo de la entrada de mi edificio y ese sonido me transporta a mi niñez; una niñez tranquila donde sólo tenia que preocuparme de mis estudios, de mis juegos. Recuerdo que cuando se iba la luz en la noche, salíamos todos los amigos de la cuadra a jugar y a ver el hermoso cielo estrellado cuya belleza se opacaba con las luces del pueblo o que cuando llovía salíamos todos a la calle a jugar y bañarnos en el aguacero. Me da un poco de nostalgia pensar que mis hijos no puedan disfrutar de la niñez tan sana que yo disfruté, de los juegos en la calle con todos los niños de la cuadra, sin tener temor alguno de la delincuencia...Ruego a Dios que nos devuelva nuestra Venezuela libre.
La imagen es referencial de la web.
una vez tuvimos un hermoso país donde podíamos andar tranquilamente incluso hasta altas horas de la noche, sin temor a nada, ahora no tenemos tranquilidad ni siquiera a plena luz del día, Dios se apiade de nosotros