Houston tenemos un problema
Woody está detrás de los arbustos. Aparta las ramas que están frente a él. Observa el patio de la casa de Sid, el suelo prácticamente es de tierra, hay pequeños pozos de agua que junto a la tierra forman charcos, hay algo parecido a un anexo de madera (como un cuarto de herramientas). También hay una caja de arena, una parrillera, una mesa de madera y un tendedero. Aún quedan vestigios de grama. Woody ve a Buzz, este último esta estático, parado encima de una diana de dardos que a su vez esta sobre una gavera vacía; en su espalda tiene pegado un cohete.
Woody busca con la mirada a Sid, escucha la voz del niño, viene del anexo de madera de color rojo. Ese parecía ser el laboratorio de un científico malvado, el cuarto donde el verdugo ejecuta. En fin podía ser lo que la imaginación de ese niño quisiera.
—Andando — dice Woody. Y todos los muñecos salen de los arbustos. Woody se dirige hacia donde esta Buzz, el resto de los muñecos van hacia la izquierda, se esconderán. Buzz ve a Woody
—Woody, genial ayúdame con esto — dijo Buzz, apuntado al cohete que estaba atado a su espalda. Woody lo manda a callar lo tranquiliza y luego se tira al suelo, allí se queda inmóvil.
Sid sale del pequeño anexo, lleva en la mano izquierda una caja de fósforos, aunque en su mente es una radio. Se dirige hacia donde esta Buzz. El plan era estallar al guardián espacial. Cuando va a mitad de camino se detiene, mira hacia su izquierda y ve a Woody en el piso.
—¿Oye, cómo llegaste hasta aquí? —dice Sid, mientras toma a Woody del suelo. Luego, lo lanza encima de la parrillera—. En fin, luego te voy a azar.
Saca de la caja un fosforo, y lo enciende. Luego comienza la cuenta regresiva. La mirada de ese niño parece iluminarse, sus cejas se levantan tanto que casi chocan con su cabello. Mientras, avanza en su conteo empieza a suspirar, va diciendo los números cada vez más rápido y está cerca de encender la mecha del cohete.
—Manos arriba gusano —Interrumpe Woody. Sid se voltea, entrecierra los ojos y mira hacia la parrillera. Suelta el fosforó y se dirige hacia allá, dudando cada uno de los pasos que daba.
Woody sigue diciendo frases. El niño lo agarra y dice “está roto”. Pero, entonces, oye una frase que lo hizo pasar de la incredulidad al temor, en cuestión de segundos.
—¿Quién dices que esta rotó mocoso? —dijo Woody, aun inmóvil—. Así es, estoy hablando contigo Sid Phillips. No nos gusta que nos vuelen…—. Sid empezó a balbucear.
— ¿A… quienes?— Preguntó Sid, en un tono mucho más agudo que el de costumbre.
Woody, le responde, que a ellos, sus juguetes. Se escucha un ruido en la caja de arena. Una muñequita de trapo y dos carros salen de allí se dirigen lentamente hacia Sid. Buzz ve esto y se sorprende. Ahora entiende que no era una misión de rescate, sino que era un plan para asustar a Sid. El niño empieza a retroceder, mientras camina salen juguetes de todos lados. Se topa con un tubo del tendedero y siente algo en su cabeza, era otro juguete. Sid grita, sabe que lo están rodeando, salta y cae al lado de la mesa, siente que algo le agarra la pierna, son más muñecos. El niño vuelve a saltar, ahora es él quien no se puede mover.
Woody habla nuevamente, ahora amenaza al niño. Sid está acorralado y levanta temblando a al vaquero, lo mira fijamente. La cabeza del muñeco da una vuelta, como si estuviese poseído.
—Juega bonito, Sid— concluye Woody.
Basado en una escena de Toy Story de Disney Pixar