¡Oh! Dios del universo, Señor esplendoroso,
Creaste por derecho, Todo lo que es hermoso
Y en un sello perfecto, De mágica hermosura,
Lo último que hiciste, Llenaste de ternura.
Fue un perfecto regalo, Al hombre que existía
Y caminaba solo, En el jardín deseado,
Anhelando en silencio Alguna compañía.
Tú la hiciste mujer, Como final perfecto,
Incomparable antojo, De un Dios omnipotente
Y el sol y las estrellas, Se quedaron ausentes.
Amarla es un delirio Señor, Maravilloso,
Tenerla de la mano Y escuchar su sonrisa,
Verla andar como danza Y en el viento su pelo,
El perfume en su piel Y en sus ojos el cielo.
Y en un diálogo abierto Señor, yo te preguntaría,
¿Dónde quedó Señor, La que tú hiciste mía?.
¿Me pudieras decir, Oh Padre poderoso,
Si en tus planes pusiste, Mi paz y mi gozo?
Desciende oh soberano, Como si fueras pobre
Y en un acto divino, Comprende tú a los hombres,
Por qué vivir sin ellas Señor, Es imposible,
Como imposible es, Señor, Que no te nombre.
Y si en un acto de luz Me comprendieras,
Pudieras entender Señor inmenso,
Que si tú en esta tierra vivieras,
Murieras prisionero del amor,
Por uno de sus besos.
Que hermosa poesía, amigo @l2rigual . Tenía días sin leerte, pero ya veo ese talento que tenías oculto y que se lee estupendo. Te felicito, mi voto y un gran abrazo!.