Acabo de descubrir tu blog y me identifiqué un montón. Yo también adopté el gentilicio de caraqueña a pesar de haber nacido en otro lugar y también estoy a punto de dejarlo todo atrás con la maleta llena de nada.
Se me aguó el guarapo con este poema.
Hola Karla! Gracias por tu comentario. Me alegra mucho que al menos en el exilio siempre habrá un sentimiento que nos una como venezolanos. Acabo de echarle un vistazo a tu blog y he quedado encantada!