¡Jejeje! A mi me daría miedo aceptar un ofrecimiento tan generoso como ese, porque las letras pequeñas de los contratos son las más difíciles de ver. Sobre todo en una sociedad como ésta.
Aunque en una posición como la de la chica del cuento, es difícil cualquier decisión. Hay que ver lo que sigue en el relato.
tal cual cariño, esta semana te traigo la segunda parte cariño =D