He hablado anteriormente de la forma en la que la serie “Stranger Things” debe su popularidad, al menos en parte, a la nostalgia que despierta en su público. Personalmente, me hace extrañar a algunos amigos, y a las temporadas de vacaciones cuando salía del colegio. En síntesis, la mejor época de la vida. En aquellos días me iba a un pueblo remoto, en el que todos los niños andaban en la calle montando bicicletas, y los padres no existían. Estas épocas estaban dedicadas al ocio y, tal como en Stranger Things, amigos para compartirlo.
Tengo el recuerdo de una noche en particular, producto de éste ocio y motivo del dibujo. En esta ocasión, mis amigos del pueblo y yo compramos varios paquetes de fuegos artificiales, fuimos a la plaza del pueblo, y los encendimos dentro de unos barriles vacíos. Como es de imaginarse, esto solo empeoró la explosión. Al momento de la huida tomamos nuestras bicicletas, y mientras las alarmas sonaban y los vecinos gritaban, pedaleamos hacia la libertad. Espero haber captado la nostalgia en mi dibujo.
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