Con frecuencia, sentimos que algunas experiencias dolorosas que hemos vivido en el pasado, nos impiden ser felices o lograr nuestros objetivos. En esos momentos podemos ver, como los recuerdos y las emociones negativas, asociadas a ellos, nos limitan y nos impiden actuar, arriesgarnos, luchar, etc., sin que tengamos el valor y/o los conocimientos necesarios para vencer dichos recuerdos y para sobreponernos a las experiencias vividas.
Esto es algo que nos ha sucedido a casi todos, en algún momento dado.
Sin embargo, desafortunadamente, el paso del tiempo no es suficiente para sanar dichas heridas. Mientras no hagamos algo respecto, independientemente del tiempo que transcurra, el dolor va a seguir presente, porque nosotros, con nuestros pensamientos y con una actitud y una percepción equivocadas, las mantenemos vivas.
La única manera de dejar atrás esa pesada carga emocional es limpiar la herida, dejar que cierre y dejar de mirar hacia atrás, para enfocar nuestra mirada en el presente, para disfrutarlo y en el futuro, para planear lo que queremos construir.