crónicos de las crónicas

Sorprende la poca originalidad de los malhechores al momento de elegir su apodo: la banda que asalte joyería se hace llamar los joyeros y aquella especializada en el rubro del arresto de carteras, los carteristas, quienes trabajan en solitario también sufren una inaudita falta de imaginación y el asaltante con una quemadura en el rostro no duda en responder al llamado de el quemao o de baja estatura el enano, por dios, señores azotes de barrios, que falta de creatividad o irrespeto a una larga tradición hamponil que arrojo ejemplos memorables tales como las barbies y los pitufos.

Y mientras los agentes del orden y los medios de comunicación social tampoco ayudan y recurren al lugar común de bautizar como monstruo el villano prominente, seguido de la zona a la que aquel pertenezca, claro, parte de esta desidia obedecer a lo competido del sector, cada vez son menos los apodos vacantes debido a la diaria inversión de nuevas agrupaciones en este mercado de la ira y el dolor.

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@johan154