A veces, profundamente nos sentimos tristes, como si una parte de nosotros nos arrastrara a un frío lugar donde sólo estamos solos con nosotros mismos. Aunque el sentimiento de soledad depende de nuestro conocimientos y exploración propias, en algunos momentos un sentimiento nos arrebata dejándonos sumergidos en un mar frío. No escribo estas líneas para entristecerlos, pero sí tal vez para adaptarme un poco a los fríos vientos que a veces tocan el alma de seres creados directamente del fuego.

Entonces, por qué seguimos caminando? Qué mueve nuestras piernas una vez que el centro se desestabilizas?

Será el hecho de que simplemente no somos el conjunto de nuestros músculos, ni tampoco los pensamientos que crean nuestro cerebro. Tampoco somos los latidos de nuestros corazones y nos sentimientos que recorren nuestra piel. Vivimos constantemente encerrados en nuestras experiencias, en nuestros caminos, objetivos y circunstancias. Es lo que aprendimos! Aquí... Aquí es donde nos pusieron... O nos pusimos!

Constantemente veo en la calle rostros, todo tipo de rostros, con todo tipo de variaciones. Veo gestos tristes cubriendo personas maravillosas, veo gestos hostiles cubriendo miedos profundos. Veo preocupaciones siendo impulsado por amores, por odio, por desesperación o por atención. Pero son momentos, son experiencias que van cargadas en una configuración temporal en el cerebro. Son instantes de seres que no se están mirando a sí mismos, sino que miran... A veces no mirar, simplemente están sumergidos en la experiencia.

Esto no se trata de crear más paradigmas en cuando al bien y el mal, ni siquiera de reflexionar o pensar, se trata de fluir y sentir, porque constanmente estamos siendo movidos por fuerzas invisibles que... Controlamos? No lo sabemos, pero sabemos que las afectamos. Sabemos que proyectamos, no con la mente, sino con una gama de sentidos inexplicables y posiblemente inexistentes. Constantemente estamos interactuando con todo cuanto nos rodea, esté cerca o no, es una interconectividad que a veces percibimos como coincidencias. Como aquél día que pensaste en alguna persona y justamente llegó a tu día. Es un movimiento constante de emisiones y recepciones de fuerzas, emergías o información imperceptibles para la mente, que nos hacen recorrer más fácilmente nuestro camino, enmascarada como intuición.

No busco profetizar nada, mi mostrar nada, ya que sé que no tendría sentido intentar enseñar cualquier cosa. Cualquier información puede ser adquirido fácilmente con solo googlearlo, pero busco algo más. No estoy conforme con el contenido de las redes sociales y aunque me gusta estar conectado (Ya que mi campo de trabajo está en la internet), quisiera encontrar contenido de una mejor calidad. Sé perfectamente que la mejor manera de encontrar las mejores cosas es simplemente haciéndolas, es parte de mi oficio de Artista. Entonces, si se me es permitido, quisiera compartir cosas que a veces dejamos atrás, quisiera conocer sentimiento a través de escritos, palabras, imágenes o lo que sea que quieran compartir conmigo, no busco precisamente inspiración, de eso se encarga la naturaleza. Busco movimiento, busco sentir y recuperar un poco, aunque los medios se sinteticen cada vez más, busco un poco de humanidad en la profundidad de nuestros inventos.