A pesar de su gran potencial y de sus múltiples derivados que permiten aprovecharlo en diferentes ámbitos, es un peligro para las naciones, y por culpa del hombre se ha convertido en un peligro para la naturaleza.
Las explotaciones descontroladas, los daños ambientales producto de los gases emanados de las industrias y maquinarias, la contaminación acústica que genera, los derrames constantes en los mares, ríos y océanos, los peligros industriales a los cuales están sometidos constantemente las personas y el ataque constante a otras naciones forman parte de la sombra dejada por tan codiciado recurso. Una gota de petróleo es capaz de convertir 25 litros de agua potable en NO potable y aun conociendo esto no se toman las medidas de protección para evitarlo.
Desde su descubrimiento las grandes potencias e industrias han optado por su uso debido a que es un recurso no renovable de gran potencial energético y del cual se pueden extraer una gran variedad de derivados, la venta del petróleo y sus derivados es un pilar fundamental del mercado mundial casi a la par con el oro, además debido al poder que genera entre los países da fundamentos para el dominio de políticas exteriores en varios países de Latinoamérica y el mundo.
La contaminación petrolera es un tema que preocupa a las personas aunque a las grandes industrias y poderosos eso no les interese, ni lo tomen en cuenta siempre y cuando sus bolsillos sigan llenándose de dinero hasta acabar con medio planeta y exprimir la última gota de petróleo.
El petróleo no se puede limpiar, sus partículas se expanden con gran rapidez dañando lo que encuentran a su paso ocasionando profundo daño a la fauna, terreno y vida ocasionando gran mortandad de aves, peces y otros seres vivos, alterando el equilibrio del ecosistema y afectando cualquier posible provecho productivo en ciertas zonas.
Los gases emanados al medio ambiente no pueden ser recogidos y desechados debido a que el CO2 emanado se dispersa con facilidad favoreciendo a los cambios climáticos, ocasionando daños graves en la capa de ozono favoreciendo al cambio climático tan destructivo en nuestro mundo.
Desde hace décadas el dominio por el control del petróleo ha generad conflictos entre los países que trascienden desde la segunda guerra mundial hasta los actuales conflictos con Irak, Irán, Argentina y Venezuela, y que no acaban nunca hasta que las grandes no se acabe la última gota de recurso disponible para explotar.