Me invadió el recuerdo de un cuento. Espero que mi memoria no falle, me lo contaron hace tiempo. Quién lo escribió? Ni idea...

Era sobre una rana que quería dejar de sufrir el frío invierno y no sabía cómo hacerlo.
Fue así que unos gansos le dijeron que emigrara con ellos. Sin embargo, la rana no podía volar.
Pero entonces les dijo, "no se preocupen, yo tengo un gran cerebro!"
Les pidió a dos gansos que sujeten con sus picos un palo en cada uno de sus extremos. La rana se agarró al palo con su boca y comenzaron su viaje.
En el recorrido pasaron por un pueblo y las personas se reunieron con asombro al ver a la rana volando. Una de ellas preguntó de quién había sido esa buena idea!!! La rana, sin poder contener su orgullo ni conocer la humildad, gritó: "miiiiiia!!".
Su orgullo y falta de humildad, se unieron para dar comienzo a su caída. La rana se soltó y murió al caer al vacío.
En definitiva, lo que me contaron fue para que aprenda (y así fue, lo aprendí!!!), que nunca tenemos que jactarnos de lo que hacemos o sabemos, porque siempre hay quienes lo hacen mejor que uno o saben más que uno.
Aprendí que el orgullo y la falta de humildad, muchas veces te llevan a hablar sin fundamentos ni necesidad, provocando tu caída, sólo porque te hacen creer mejor que los demás.
Creo que es claro y bien pedagógico, a mí me sirvió...