@hive-132410 acertado en lo que comentas:
- Al lector se debe todo el respeto, no hay que olvidar que el escritor configura la historia, la inventa, pero el lector la refigura y es en esta refiguración donde la historia adquiere significado. Ambos son coautores, pero para que el lector se sienta así, debe presentársele un escrito claro, sencillo y sin errores de ortografía.
- Decía Simón Rodríguez que Nadie puede enseñar lo que no sabe, eso podemos aplicarlo a la escritura, es decir, nadie puede escribir de lo que desconoce, pero está la investigación y si Víctor Hugo escribió miles de páginas en Los miserables, y en su escrito tuvo que consultar miles de libros para presentar información fidedigna, a nosotros se nos hace más fácil la investigación, gracias al internet.
- Leer algo que no nos guste. El escritor tiene que estar leyendo, tiene que estar presto a investigar de cualquier tema. Si por ejemplo, es un inventor de historias de terror, debe saber de Poe, de los objetos simbólicos del mal, de la muerte, pero también debe saber de Dios, de religión, y de todo aquello que ha luchado contra lo horripilante del terror.
- Leer en voz alta. Esto me recuerda a Gustave Flaubert. Él escribía y luego leía sus borradores en voz alta para buscar el ritmo, para identificar los atropellos del discurso, para sentir cómo sonaba lo que había escrito
- Sientan la escritura. Vuelvo a Simón Rodríguez, quien decía, que lo que no se hace sentir, no se entiende y lo que no se entiende, no interesa. Hay que sentir para hacer entender, para que el lector se interese.
- Estar dispuestos a ser corregidos. Reconocer que somos falibles, que podemos aprender de todos. La enseñanza más antigua y más humilde que recuerdo es la de Sócrates, Yo solo sé que nada sé, y como no sabemos de todos, debemos esperar que alguien, en algún momento, nos tienda la mano y le dé luz a nuestra oscuridad.