Nos estamos acostumbrando cada vez más a ver películas y series con escenas de terror y violencia extremas. Al parecer, se debe tener mucha sangre, para asegura que sean taquilleras. Si hablamos de algunos medios de información, la idea que prevalece es la de mostrar los detalles más escabrosos al ojo humano y con solo colocar la frase ¨contiene imágenes que pueden herir susceptibilidades¨, basta para que de inmediato se despierte un morbo sórdido y procedamos a verlas.
Son innumerables las búsquedas de videos y fotografías de situaciones crudas, luego de alguna desgracia. Si ocurre alguna catástrofe natural, queremos ver el momento exacto en que ocurrió y las que presentan las víctimas, son las más vistas y reproducidas. En cuanto a matanzas de escuela, el atacante, se convierte en una especie de oscura celebridad mediática y poco se escribe de los que perdieron la vida o milagrosamente lograron escapar. Y si la información viene de conflictos armados, estos son transmitidos casi en vivo, incluyendo las ejecuciones o atentados.
Creo que estamos perdiendo la capacidad de asombro y sensibilidad, ante lo cruel, violento y escabroso. Pero no somos igual de tolerantes con el amor, lo natural y lo bello, aunque parezca que esta afirmación es absurda, ya que todos nos consideramos buenos de corazón, pongo este ejemplo: Estamos viendo una película de terror, en donde un psicópata mata de forma cruel a una o varias personas. Nuestra reacción es desde sorpresa y hasta de asco, pero seguimos viendo la película y comentamos lo real de las escenas, si hay jóvenes presentes y toleran las imágenes, no le damos mayor importancia, total es una película, es ficción y todos sabemos eso. Pero si vemos un poco de piel desnuda o dos personas en un encuentro de amor, un poco subido de tono, enseguida mandamos a los menores a dormir o cambiamos de canal, porque eso no es para niños. Lo segundo parece ser más peligroso que lo primero o moralmente más dañino.
Nos hemos vuelto intolerantes a las expresiones de amor, ya que pueden considerarse debilidad. Recuerdo cuando niño, como se difamo y maltrato al movimiento ¨Hippie¨ y su eslogan ¨Paz y Amor¨, pero como se enalteció a la guerra de Vietnam. En cuanto a la música hablamos de ¨perreo¨ y se bailan letras que son odas a conductas criminales y los artistas, buscan más parecer gánsteres, que modelos sociales. Extraño es ver una historia de amor o humor, en las películas latinoamericanas, porque según sus creadores, se debe retratar la realidad de nuestras sociedades, que según ellos, no son otra cosa que crimen, drogas, violencia y pobreza.
Creo que los seres humanos, somos mayormente buenos, tengo fe en esto. Pero con una inclinación a dejarnos arrastrar y seducir por lo prohibido. Tal vez renazca algún movimiento como en los años 60 y ponga de moda que lo bueno es ser bueno.
Texto de mi autoría, publicado anteriormente en nocreasnada.com. Imagen de Pixabay, del usuario 3dman_eu.
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