Día 8 | Miedo

Por un momento te perdí, leía las líneas que escribo y no sabía para quién eran, me sentí más desolado que cuando no recuerdo mi nombre, la desesperación se apoderó de mí, aún estoy limpiando mis lágrimas mientras escribo esto pronunciando tu nombre una y otra vez, con la cadencia de un maníaco que repite una y otra vez que no está loco.

No quiero perderte, no quiero perderme al olvidarte, no sé cuándo llegará el fin, el momento en que pierda toda la cordura, mi memoria, y solo se conserven las pocas palabras que haya escrito, que voy a dejar. Espero que cuando leas esto aún esté con vida, que a pesar de estar solo en mi mente puedas sostener mi mano una vez más, y quizás, solo, quizás, pueda volver y sonreír con tu rostro frente a mí.