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Luego de decretar un aumento salarial en Venezuela, el primero de mayo de 2017, El presidente Nicolás Maduro se lanzó a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente. Ciudadanos de ambos sectores políticos salieron a marchar para manifestar su voluntad. En Caracas, Táchira, Valencia y Zulia las protestas se tornaron violentas y se registraron importantes daños a espacios públicos. La represión por parte de los cuerpos de seguridad también dejó un significativo saldo de muertos, heridos y detenidos. El Ejecutivo Nacional, quien asegura velar por la defensa de la democracia y la paz, cuenta con el apoyo del CNE quien dio por sentado en Julio la creación de una Asamblea Constituyente Comunal. ¿Qué vendrá después?
En Venezuela existe una crisis generalizada, social, política, económica y sobre todo de valores éticos y morales. Todos desean una solución rápida antes de que la masiva emigración de más y más venezolanos de forma abrupta, desesperada e intempestiva, termine por dejar desolado al país por el que se debe luchar en conjunto.
Sin embargo, quienes ostentan el poder político han recurrido a todo tipo de subterfugios legales, manipulación de la Constitución y de la opinión pública, para no ceder, ni un ápice, sus espacios, impidiendo que otro Consejo Nacional Electoral, más transparente y menos viciado y servil ejerza su autonomía a fin de poder ir a una solución electoral que es, en definitiva, la opción más coherente que todo sistema democrático tiene para generar los cambios sociales que vea a bien hacer.
En las últimas elecciones parlamentarias celebradas el 6 de diciembre de 2015, el pueblo manifestó que deseaba un cambio, no obstante, el Poder Legislativo es desconocido por el Ejecutivo en franca y abierta complicidad con el Poder Judicial, situación que ha llevado al parlamento venezolano a pedir el auxilio internacional pues pareciera que la voluntad popular expresada el 6D nuevamente es soslayada.
Una Fiscal General de la República destituida y exiliada por no dar al Régimen todas las prerrogativas exigidas, un Parlamento anulado y unos poderes electorales y judiciales totalmente alineados al control que emana desde Miraflores pero cuyas cuerdas se mueven estratégicamente desde otros poderes militares que hacen su trabajo de bajo perfil. ¿Qué esperanza tiene el pueblo venezolano de salir de esa dictadura encubierta? ¿Qué fuerza internacional acudirá al rescate? Aún seguimos esperando la respuesta.
Muchas Gracias luiscordon ya te sigo también