Cuando las sociedades empiezan a formarse (o a reformarse) suelen pasar por diferentes etapas de evolución, tanto en lo político como en lo artístico. Siempre necesitan de caudillos, líderes y soldados pero también necesitan artistas e intelectuales. Arturo Uslar Pietri, si bien vivió mucho tiempo después de que las gestas de Independencia latinoamericana iniciaran y culminaran, su camino de producción literaria se vio marcado por una sociedad venezolana enfrentada a dificultades que se conjugaban entre el tránsito del dominio de un caudillo militarista a una sociedad más civil, y a su vez a un campo de creación artística que buscaba nuevas formas de experimentar y hacer literatura.
Uslar, en Las lanzas coloradas representa uno de los primeros y mejores intentos de la literatura venezolana por escaparse del molde en cuanto a la forma y a la manera de narrar aunque no tanto en la temática que aborda. La obra se trama como una novela histórica que se vale de la marcha de Boves sobre los llanos venezolanos y los hechos de la batalla de La Victoria, para narrar una historia dramática hilada a partir de unos personajes muy particulares que terminan, casi en su totalidad, muertos.
Arturo Uslar Pietri.
Fuente: Google.
En este sentido, el autor busca construir, a partir del hecho histórico, una estética literaria propia en la que los elementos constitutivos son la reformulación del lenguaje al elaborar el texto artístico y la representación de una realidad nacional, como lo es la figura del caudillo y su papel en la sociedad venezolana, como una influencia del “Cesarismo democrático” de Laureano Vallenilla Lanz.
De esta manera tenemos un entrecruzamiento de ideales abordados en conjunto: por un lado la idea de la vanguardia literaria que ya está tomando forma y del otro la necesidad por establecer un marco referencial en lo que a caudillos y su papel en la historia y la realidad venezolana se refiere. Uslar hace transcurrir a la obra entre escenas casi imparciales entre el bando republicano y el bando realista, haciendo análisis y consideraciones sobre cada uno por su parte sin decantarse por ninguno. En efecto, la obra suele seguir y hacer más consideraciones sobre Presentación Campos que sobre cualquier otro personaje.
Laureano Vallenilla Lanz.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Laureano_Vallenilla_Lanz
También es determinante para la obra la figura fantasmal de Bolívar rondando en las mentes de los personajes y en las páginas del libro. El Libertador es mencionado cantidad de veces mas nunca aparece en escena y nunca es visto en acción, sin embargo, ahí está él como esa figura referencial que marca el norte y la pauta de ambos bandos. El Libertador es el guía y el líder de la Revolución y también es el canalla, el traidor al rey que tiene que ser liquidado, Boves y Presentación Campos son unidos pues los dos ven amenazada su existencia y su fin por la sola existencia de Bolívar.
Inspirados por esa presencia del Libertador, sumada a la de Miranda, el capitán inglés David busca plegarse al liderazgo de estos héroes, líderes, caudillos y gendarmes, su objetivo es servir a la gesta libertaria y tener el honor de luchar junto a estos hombres. De igual manera, Fernando, aunque más blando de espíritu y de carácter se ve encantado no tanto por el talante y la posibilidad de la guerra, sino que se ve atraído por la naturaleza de las ideas que le ofrecían una nueva percepción de la vida, que él pensó estar buscando, para poder sobrellevar los vacíos que tenía dentro de sí en lo que se refiere a lo identitario y aún más a lo ideológico.
José Tomás Boves Retrato basado en las descripciones recogidas por Daniel Florencio O'Leary (1802-1854).
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Tom%C3%A1s_Boves
Del mismo modo, pero del lado inverso, se presenta la antítesis de Fernando Fonta en Presentación Campos, un esclavo, propiedad de Fernando, con grande problemas de temperamento y con tendencias hacia la psicopatía. Se presenta como un hombre completamente desaforado y carente de raciocinio, guiado por el más puro barbarismo humano, que viene a ser la contraparte demoníaca de Fernando, cuyo carácter siempre se ve más volcado hacia la templanza, la quietud e incluso hacia el miedo, miedo que no existe en el diccionario de Presentación.
A través de ellos, Uslar nos presenta una sociedad que se encuentra divida social y políticamente, una sociedad marcada por un fuerte determinismo del cual no logra zafarse. En sus líneas demuestra cómo, a cien años de la Independencia, Venezuela sigue debatiéndose constantemente entre el espíritu del civilismo, que se encuentra flotando en las consciencias de los venezolanos, y la realidad militarista que se impone por la fuerza y que no permite traer lo que buscaban en cierta forma los vanguardistas: encontrar una nueva forma de ver el mundo y de manejarse socialmente como país entorno a las capacidades del arte y la educación. El espíritu del patiquín civilizado, el Libertador, encarnación de la ley por la ley, se vio desplazado por la imposición de la encarnizada lucha por la libertad al tener que lidiar con hombres sanguinarios como José Tomás Boves.
Referencias bibliográficas
Uslar Pietri, A. (1984). Las lanzas coloradas. Bogotá: Oveja Negra.
Vallenilla Lanz, L. (2000). Cesarismo democrático. Caracas, Venezuela: Eduven