Éste tipo de reflexiones despiertan interesantes pero necesarias interrogantes, quizás, por descabellado que suene, los seres más evolucionados han aprendido a manejar con cierta clase de tacto las acciones de manifestación pública, es posible que hayan atisbado, en otros planetas, el caos que producen las apariciones públicas, por lo tanto cabe la posibilidad de que se encuentren entre nosotros y qué las instituciones o personas de alta importancia estén consiente de ello, tal vez se piense que el ciudadano moderno promedio no está preparado para esto o ¿Puede que haya una razón un poco más clandestina? Quién sabe, pero especular siempre tiene algo de buen sabor, nos permite extender los ya, ilimitados, limites de la imaginación.