Si hay algo que me gusta es leer, comprender pedazos de la historia a través de libros, se ha vuelto con el paso del tiempo una satisfacción, y es por eso que hoy quiero hacer la reseña de un libro que leí hace poco que me encanto y me dejo fascinada por un pedazo de la historia que a través de fantasías, relatos e ilusión se ha vuelto obligatoria para quienes nos gusta escudriñar en la historia.
Lo primero que hay que recalcar es que este libro esta narrado a través de dos épocas distantes, una de ellas es la Estados Unidos de la actualidad dentro de los rincones y pasillos de un hospital y la otra transcurre desde la Rusia imperial hasta la transición de la extinta Unión Soviética. Para ser honesta creo que la razón principal de que este libro me encantara es por esa vena romántica empedernida que siempre lucha por salir a relucir.
Y es que la historia de Zoya y Georgi Danilovich Yáchmenev aparte de ser bella y romántica nos cuenta un pedazo de la historia de la Rusia imperial que a todos nos encanta. ¿Qué habría pasado con Anastasia si hubiese sobrevivido?, ¿Qué conjunto de decisiones habría tomado la familia Imperial si su destino final no hubiese sido la famosa casa de Ipatiev?
Y mas aun hoy te llegas a preguntar ¿En que ha cambiado la nueva Rusia después del trágico final de la ultima familia imperial?, ¿en que cambio la existencia de esa famosa casa del propósito especial a la sociedad rusa de hoy?
Si hay algo que me conmovió al leer este libro fue la capacidad de renovarse para enfrentar vivir una nueva vida, dar a entender que a pesar de provenir de una encomiable realidad, cuando la vida nos lleva a reinventarnos nada es imposible. Pero a pesar de todos los esfuerzos hechos siempre tendremos en un rincon de nuestro ser y corazon ese recuerdo que nos hace volar y viajar en el pasado para recordarnos que una vez fuimos, pero ahora nos toca ser...