Adiós

¿Qué decir cuando el cantar se hace llanto

y en tu mirada se pierde el encanto,

mientras las lágrimas van descendiendo

y brotando desde tu alma sufriendo

tanto dolor? ¿Dime cómo lo espanto?

Reconozco mucho tu duelo mi Dea,

es tan grande el amor que da una matrona;

pero sé que aunque tenga esbozo de idea

no vivo ese malestar que te aprisiona

en tal jaula de desolación y pena.

Quiero desprender de tu vida todo el sufrimiento

y liberarte totalmente de tristes momentos,

hacerle a tu bella y bendita risa un templo inmenso

convirtiendo tu alegría en ley para el universo.

Pero no puedo hacerte menos humana

ni actuar contra la sabia naturaleza;

sólo te pido resistirlo, de pana,

no permitas que esto quiebre tu firmeza.

Piensa en lo vivido hasta este momento

y cada segundo que compartieron.

Piensa en su voz y sus ojos contentos

al verte seguir tu ruta hasta el éxito

cumpliendo con los sueños que tuvieron.

Levántate y anda a explotar tus talentos,

da la cara al sol disfrutando del viento...

No será infeliz, no creas el engaño;

ya su alma libre no sufrirá más daño.

La vida es una condición extraña

que contra gente rebelde se ensaña;

pero su única cura nos da calma

aunque afectará siempre a quien nos ama.

Sé que tus días pasarán con su recuerdo

y cada hebdómada con gran melancolía;

pero tu tiempo aun tiene la misma valía.

No quiero verte baja y turbada sintiendo

que hay muy poca importancia en lo bueno

descargando suspiros sin freno,

cuando debes luchar todavía

recorriendo esta pérfida vía

llena de avatares llamada existencia.

Ya perdonarás mi pasión e insistencia,

es que quiero que encuentres paz enseguida

avanzando sin ceder a la impaciencia

dejándole abierta una clarísima salida

A esa necia desdicha que desborda tu herida.

Quisiera poder consolarte como debería

pues esta carta no es realmente lo que quería,

pero nuestras lejanas coordenadas no dejan

que este puro sentir que mis pensamientos reflejan

se haga palpable en un fuerte abrazo.

¡Qué terrible es tener este plazo

sin poder procurarte caricias!

y aunque tenga muy poca pericia

con música podría recuperar tu ánimo

y obsequiarte palabras de alivio magnánimo.

Eres muy valiente y podrás superarlo.

Tienes mucha fortaleza, no lo dudes.

Ese dolor es imposible evitarlo;

pero no te culpo, yo tampoco pude,

de hecho también fracasé al intentarlo.

¡Cuán horrorosa es la crueldad de Dios

que nos hizo norma decir adiós!