Perdido en medio de la nada

in #spanish7 years ago (edited)

Ayer a la media noche, estaba en el río con agua hasta el pecho a unos 9°C, alentando para rescatar un bote que tenía el timón roto. Cuatro horas antes, estaba caminando en busca de ayuda y gritando para espantar a los osos, en medio de un bosque desconocido, con un águila sobre nuestras cabezas y sin señal celular en la zona.

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A las 8:00 pm mi amigo James y yo habíamos acabado de tomar la decisión de dejar a nuestra familia junto al río con la esperanza de traer ayuda. Años atrás, James era dueño una empresa de caza deportiva y se dedicaba a tiempo completo, enseñaba como cazar alces, venados y osos... Ayer domingo, estaba caminado conmigo en la misma zona sin nada más que unas botellas con agua, un cuchillo de caza, y un encendedor; dicho de otra forma éramos el potencial plato de fondo.

Es increíble como el instinto de supervivencia se activa en segundos, cada paso y decisión que tomas cuenta y marca la diferencia. Alrededor de las 6:00 pm, estábamos descansando en un islote apacible que habíamos encontrado, pero de pronto una nube negra, un rayo en el horizonte, y vientos de tormenta nos sorprendieron, por lo que tuvimos de dejar el relajo y subir todos al bote para regresar a casa; la lluvia nos susurraba y el bote aceleraba.

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Unos 20 minutos después, el bote alcanzo uno de los bordes de la tormenta así que todos nos relajamos. En el camino saludamos a una familia que estaba acampando en la orilla y seguimos nuestro rumbo. Como a las 6:40 pm, río abajo, estábamos gozando de lo que quedaba de sol cuando de pronto un golpe por debajo del bote nos estremeció a todos. Se había roto el timón del bote, James inmediatamente revisó la parte trasera del bote, se tocó la cara, guardó la calma y solo dijo que teníamos que orillar el bote. En ese momento, Luis y Franco entendieron que el problema era serio; no dijeron nada porque no querían asustar a los niños. Un par de minutos después, Franco notó que James no tenía control del bote. Me precipité y le grite a franco ¡los remos!, pero no me entendió. Luego de unos segundos, franco reaccionó y le dijo a James que Luis y el remarían en la proa para orientar el bote. Por suerte el motor de turbina aun funcionaba, por lo que pudimos seguir en la misma dirección y alcanzar la orilla más cercana, lo malo es que era la orilla incorrecta; en donde el agua corta el suelo. En esa orilla no había como salir del agua más que trepando las raíces de los árboles. Luis se sujetó de una raíz con una mano y con la otra jaló de la proa hasta estabilizar un poco el bote, pero la corriente era fuerte y en segundos comenzó a girar el bote. Mientras tanto, la tormenta nos volvía alcanzar.

No les costó darse cuenta que tenían que llegar hacia el otro extremo. A Luis y a Franco les tocó sacar al bote de esa orilla y treparse al bote en medio del río; en menos de cinco minutos ellos habían aprendido que tenían algo de control con los remos y que podían orientar el bote usando el motor en el momento correcto para ir más o menos en la dirección que buscábamos. La corriente nos llevaba río abajo, mientras ellos trataban de orientar la proa en la dirección correcta. Primero intentaron girar el bote en sentido anti horario pero el rio no los dejaba virar más en ese sentido, fue ahí cuando Franco le dijo a Luis: “hacia el otro lado”, y en cuestión de segundos nos estábamos perfilando en la dirección correcta; fue ahí cuando casi sin pensar le grité a James ¡ahora!, pero de nuevo no me hizo caso. Pasaron unos segundos y Franco le gritó lo mismo, James encendió el motor y conseguimos ese un ángulo casi imposible, en donde la corriente nos empujaba pero el motor sin dirección contrarrestaba y el bote se movía en línea recta. Luis y Franco saltaron hacia la popa para alzar la proa; finalmente estábamos saliendo del centro del río. Una sonrisa, se esbozó en el rostro de todos por unos segundos hasta cuando faltando 15 metros para la orilla James gritó ¡agárrense! Luego del golpe, terminé en el suelo entre los pies de todos, nos miramos, me paré, nos volvimos a mirar, todos estábamos bien.

Habiendo salido del peligro inmediato, La hija menor de James rompió en llanto y su esposa comenzó a recriminarlo por no tomar cautela. La verdad, nunca vimos que nos golpeó así que no lo culpo. Sin perder ni un minuto, y en medio de las quejas sacamos las cosas del bote y comenzamos a armar la carpa. En ese momento, mire el valle y pensé voy a tener pasar la noche en este sitio... si es que sobrevivo.

Mientras James, Luis y Franco armaban la carpa comentaban el hecho de que unos 20 minutos antes, rio arriba, habíamos pasado a otro grupo de personas que estaban en la zona, y que probablemente esa sería nuestra primera opción. Caminando eran probablemente unas 4 horas considerando que era puro bosque sin otro sendero más que el rio. James, Luis, Franco y yo discutimos brevemente quien se debía quedar y quienes debían ir cuidado a los niños y las mujeres, a la final Luis se quedó. Luis y su hermana Mabel (esposa de James) son cinturón negro en taekwondo, por lo menos es un alivio si se acercase una bestia humana. Lo malo es que no sirve de mucho contra los osos.

Decisión tomada, era cuestión de minutos para alistarnos y salir en busca de ayuda. Prácticamente, me sacudí y ya estaba listo y minutos más tarde James y Franco también. Comenzamos a caminar río arriba, y a los 600 metros de caminata, distinguí lo que parecía ser un las huellas de una camioneta o una cuatrimoto. Le grité a James y discutimos que podíamos hacer; si íbamos rio arriba o si nos adentrábamos al bosque, decidimos adentrarnos al bosque y seguir las huellas por un tramo, ¿Cuánto? Nunca dijimos cuanto… luego de unos 100 metros bosque adentro, llegamos a un descampado y lo que eran huellas se convirtieron en un sendero, habíamos encontrado un sendero en medio de la nada. Oculto entre los árboles. Por el tamaño de la yerba desde otra ubicación difícilmente hubiéramos podido ver el sendero.

Continuamos caminando y gritando para espantar a los osos. Luego, se nos sumó un águila y comenzó a seguirnos por un tramo, a pesar de que gritábamos de rato en rato. El águila siempre me trajo mala espina. El sendero nos llevó a la cima de una colina desde donde tuvimos mejor vista pero nada de señal todavía. No había más rastro humano que nosotros y el sendero. La tormenta parecía estar mirándonos de reojo pero dejándonos al margen; se divisaban y escuchaban los rayos en el horizonte. Me comencé a preocupar.

En ese momento ya eran las 9:00 pm y comenzaba a oscurecer. Ya habíamos caminado poco más de una hora y nada, seguimos el ascenso y de pronto dos mensajes nuevos en el ¡celular de Franco! Teníamos señal, Franco llamó al 911 pero no tenía ni idea del lugar en donde nos encontrábamos. Miró el mapa de google pero era aproximado, tratamos de dar referencias a la operadora que nos estaba ayudando pero todas parecían muy vagas. Nos aliviaba un poco que habíamos acordado que Luis haría una fogata ¡enorme! al lado del bote. Pero igual significaba esperar ayuda aérea recorriendo río arriba.
En medio de la coordinación miré por el rabillo del ojo una polvareda enorme que subía por encima de los árboles. Le avisé a James y corrí para ver de qué se trataba; era maquinaria pesada que estaba extrayendo grava, les grite hasta que me hicieron caso y me sentí aliviado. Franco le dijo a la operadora y ella ubicó el lugar en segundos.

El rescate venia por nosotros, los trabajadores del pozo nos ayudaron fueron por el resto de nuestra familia y se sorprendieron de que hayamos obtenido señal celular en ese sitio ya que ellos nunca obtienen señal. Yo creo que fue la nube de la tormenta la que nos dio señal por unos momentos porque luego no pudimos conversar más con 911, hasta que llego la ayuda.

Ya para terminar el día, regresamos con las camionetas por el mismo sendero y nos las arreglamos para llegar a la orilla, estacionamos el tráiler en el rio, nos metimos al rio a la media noche, enganchamos el bote y regresamos a casa a las 2:00 am. Nos salió redondo y llegué a casa para comer mis galletas favoritas con sabor a cerdo :)

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Buenas tardes @hassping
De vuelta a casa sanos y salvos; no hay mejor final.
En este artículo le votará directamente la cuenta @cervantes

Nos asustamos todos, pero a la final el gran charlie (foto principal), fue capaz de salvarnos y contarnos la historia.

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Amigo, excelente! te felicito y te voto. Un saludo

Gracias por el upvote :) Saludos

Buen relato!

Gracias :)
Saludos

Excelente amigo, upvote para ti!

Grancias por el apoyo!
Saludos