Su abuela Tala, anciana de la tribu, la inspira a recuperar sus costumbres ancestrales que les permitían explorar el océano y colonizar islas. Para lograrlo, le entregó el corazón de Te fiti (Diosa todopoderosa que creo la vida), que fue arrebatado por Maui (un semidiós); Moana para lograr esta hazaña se aventura y navega mas allá del arrecife en compañía de su gallo Heihei.
Guiados por la corriente, llegan a la isla donde Maui se encuentra encallado como castigo. Arrogante y todo, decide devolver el corazón de Te Fiti.
En dicha aventura, se enfrentan a Te Ka, un demonio de fuego y magma que busca hundir el mundo en la oscuridad. Maui junto a Moana logran persuadir al demonio de lava y bordear la barrera que los separaba de Te Fiti. Allí, con su poder de cambiar de forma y la perseverancia y la constancia de Moana restauran su corazón, y la maldición desaparece, por lo que el suministro de alimentos, flora y fauna se reanuda, permitiendo a la humanidad sobrevivir.
Esta maravillosa obra fue presentada en el Teatro César Rengifo en la ciudad de Mérida, dirigida por docentes y estudiantes de la facultad de Artes Escénicas de la Universidad de los Andes (ULA) quiénes recrearon las escenas más significativas de esta historia, permitiéndonos a los presentes disfrutar de sus divertidos personajes, inspirándonos a seguir creyendo en nuestro talento humano.
Me acompañó mi esposo y mi hija quién quedó fascinada y enganchada con la coreografía, música y animación de esta maravillosa película narrada desde una obra de teatro.