Nietzsche sostiene, en Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, que “En los hombres alcanza su punto culminante este arte de fingir; aquí el engaño, la adulación, la mentira y el fraude, la murmuración, la farsa, el vivir del brillo ajeno, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, la escenificación ante los demás y ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante alrededor de la llama de la vanidad es hasta tal punto regla y ley, que apenas hay nada tan inconcebible como el hecho de que haya podido surgir entre los hombres una inclinación sincera y pura hacia la verdad”.
Muchos de los escenarios comunicacionales donde actuamos se tornan amenazadores para nosotros mismos y ante ellos no nos queda mas remedio, producto de nuestra ignorancia y poca fortaleza, que mentir como mecanismo de defensa.
El problema nos es mentir, ella es producto de nuestras debilidades, el problema es estar en capacidad de buscar y enfrentar la verdad, de prepararnos y formarnos en función de hacer uso de aquellas herramientas que nos permita mejorar los niveles de convivencia con los demás, con los otros seres humanos. Para ello debemos fortalecer nuestro espíritu, nuestras capacidades a fin de que podamos enfrentar las debilidades del otro, del que nos miente, de ese conjunto de personas con las que necesariamente debemos convivir y son las cuales estamos obligados a encontrar los vasos comunicantes que nos permita lograr objetivos juntos sin juzgar, sin maltratar y sin hacer sentir al otro culpable de sus propias errores.
A través del fortalecimiento de nosotros mismos podemos ayudar a los otros a convivir con la verdad y sus consecuencias.
Tan bueno como el primero, nunca había visto la mentira desde un punto de vista filosófico, como aquí nos muestra nuestro querido @germangv-53, y es lógico partiendo del hecho de que la idea que tenemos sobre la mentira es estigmatizada, ya que generalmente nos han enseñado a asociarla al pecado, a lo malo, a lo dañino, en fin nunca me enseñaron a ver al que miente o a la mentira como una debilidad, si no mas bien siempre como una maquinación perversa y hasta demoníaca por parte del mentiroso, solo con el fin de sacar ventaja sobre los demas, a quienes vemos como victimas.
Se nos ha ensañado a "ver" a la victima. Pero, ¿Te puedes imaginar someramente el estado en que se encuentra un ser humano capaz de asesinar a otro? ¿Por que la sociedad produce este tipo de personas?
Para ser sincero, nunca me le he imaginado, pero me llama a la reflexión esas preguntas.
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Excelente, @germangv-53. Y como dice @hermes1666, esa enseñanza ha sido provista por la religión, mostrándola altamente pecaminosa, perversa, dañina, haciendo que quien hace uso de tal debilidad, tenga una mente retorcida y lúgubre, y digno de la más alta desconfianza que se pueda tener a un ser humano. No obstante, una verdad dolorosa a tiempo, es mejor que descubrir un engaño tiempo después. Saludos y mi upvote.
Nietzsche haciendo siempre virar el cerebro ... buen post amigo , upvote
Es increíble....