La escapada a destiempo (II)
Una moneda sonó al caer al suelo, junto a sus pies, donde aterrizaba una nota de papel. Recogió ambas cosas. La primera era dorada de 20 céntimos con el rostro de Cervantes, la segunda decía: "Busca a la madre del cielo, en los pies del que sonríe".
Pensó que era una broma, pero no se le ocurría de quién ni el porqué. Nadie sabía de su escapada a Toledo, como tampoco de su fascinación por los juegos y así se lo tomó. En su imaginación se encendió el PLAY al tiempo que salía del recinto.
Se encaminó en paralelo por la calzada romana, sobre la que se construyó la mezquita, fascinándole el escaso deterioro de veinte siglos. Cuesta arriba llegó hasta la calle Alfileritos, donde giró a la derecha para acoplarse disimuladamente a un grupo de turistas cuya guía avanzó que les conducía a la catedral. "Perfecto, allí quiero ir" se dijo.
Como buena estudiante atendió las explicaciones de una señora rubia, de melena asimétrica corta y clarísimos ojos azules que, a pesar de sus carnes, marcaba ágil el paso; aunque al llegar a la entrada lateral se desenganchó y dejó que los demás entrarán en el templo.
Ella decidió quedarse contemplando el parteluz y el arco gótico con sus coros celestiales, así como las cuatro escenas paralelas que soportaba el pilar de la Virgen. ¡La Madre del Cielo!, pensó. De sútil sonrisa, en sus pies no había nada ni en los de su hijo. En su repaso por las cuatro figuras a ambos lados de la gran puerta, de derecha a izquierda, le sorprendió el rostro de la última y su jocosa cara, por no decir cachonda, respecto al resto. Además, parecía regodearse en ser el único sin túnica larga entre tanto personaje de postín. Cómplice de la escena ella observó otra nota apoyada en el pie, que rezaba: "Sigue buscando, tras el entierro y prueba suerte en la cruz".
A penas terminó de leer, entre el bullicio salió corriendo una sombra a la que decidió perseguir. Aquello era más que una provocación, los latidos retumbaban en sus oídos.
(Continuará)
Texto y fotos @gemamoreno
Me gustó tu recorrido por Toledo. ¡ Cuántos recuerdos de una escapada secreta que hice , cuando era joven, acompañada por el amor de mi vida.