En esta oportunidad, comparto un poema urbano que le escribí a una planta. Era una bromelia que me acompañaba en el departamento al cual me mude por razones académicas, me parecía un tanto rara la planta y nunca le dedique tiempo. Sin embargo, repentinamente floreció y no sólo me llenó de alegría, sino también me dio una lección de vida y me maravilló con sous colores armoniosos y su presencia. Por eso, me inspiré a escribir. Le comparto este poema relajante en espera de la próxima Geagota de Ciencias.

¡Saludos!

¡Buena Lectura!

ME DISTE UNA LECCIÓN

Ni pensar que te veía
tan fea y triste en tu maceta.
Sola, pues nadie te acompañaba,
Jamás distrajiste mi mirada,
cuando por tu lado pasaba.
vieja, porque tiempo tenías ahí,
donde el destino te dejó
o mejor dicho te abandonó a tu suerte.

No había nadie que te hablará,
nadie que te escuchara
y menos alguien que te alimentara,
de vez en cuando
con un poco de agua.

y aunque después llegue yo
Jamás te di lo que querías.
A veces cuando me acordaba
te daba un poco de vida.

¡Qué gran sorpresa la mía!
Cuando un día llegué a casa
y me paré en el balcón,
para pensar en mis penas.

Allí estabas tú, diferente,
hermosa y radiante,
floreciste y una hermosa flor lucías,
como un broche de noche,
ahora iluminas mi vida.

Cada vez que te veo
y me detengo a admirarte
¡Que bella ahora te encuentras!
Nunca debí menospreciarte
por tu visible fealdad,
más debía quererte,
por todo lo invisible que eras
pues con tu presencia
le dabas a mi hogar
algo de natural.

Agradecida hoy me siento,
Por la lección que me diste,
y otra vez me he dado cuenta
que las apariencias son sólo eso.
¡Querida flor floreciste!
Y me ayudaste a aprender.