La verdad por la que me aleje mucho tiempo de mi carrera de economía es porque la manera en la que se maneja el mundo y el dinero es brutalmente egoísta, no quería ser parte este aprovechamiento en beneficio de solo la acumulación de riquezas en el presente, que no tiene para nada contemplado el bienestar de la sociedad y de las generaciones actuales y futuras. Sin embargo, un día en una clase de naturismo conocí el tema de la “Huella Ecológica” se trata de un indicador económico ambiental que mide el impacto de la actividad económica de una determinada población sobre el ecosistema que habita; esto me dio luz e investigue al respecto y elabore finalmente mi tesis sobre ella. Si bien el mundo se ha manejado de una manera incorrecta e irrespetuosa en cuanto a la naturaleza, también se están creando modelos económicos e indicadores que cambien la visión de lo que significa desarrollo social y bienestar. En este sentido los invito a revisar la página de TheGlobalFootprintNetwork en la cual se plantea medir la economía a través de un indicador ambiental que mide la biocapacidad de un país en relación a la demanda de los recursos naturales por parte de la actividad económica del mismo, esto arrojara como resultado un balance de déficit o superávit ecológicos; esto servirá como referencia para saber si un país está sobrepasando sus límites ecológicos o de lo contrario su economía demanda menos recursos de lo que dispone y no sobreexplota los mismos. En este campo está todo por hacer todavía, varios países y empresas del mundo se están sumando a utilizar este nuevo indicador, para sustituir el muy utilizado “PIB”. El enfoque de la economía ambiental está dirigido a promover un modelo en el que se proteja la naturaleza a la vez de que se mejora la tecnología en función de un mayor aprovechamiento de los recursos y menor explotación de los mismos. Lo importante es encontrar el equilibrio entre 3 factores: lo económico, lo ambiental y lo social sin que impere uno sobre otros.