Curfew tiene todo lo que necesita una serie para complacer los apetitos más sencillos y mundanos de la búsqueda de entretenimiento: gira alrededor de una carrera ilegal que ofrece a los ganadores la posibilidad de escapar de un mundo post apocalíptico acechado por criaturas sobrehumanas asesinas y que es manejado abiertamente por, al menos, una corporación perversa de oscuros intereses económicos.
Este es su tráiler:
Sin dudas Curfew es una producción arriesgada, armada con los más variados referentes cinematográficos, primero está en la tradición de películas de carreras de acción y de comedia clásicas como The Great Race (1965) de Blake Edwards, Cannonball (1976) de Paul Bartel, The Cannonbal Run (1981) de Hal Needham, asi como la serie de animación Speed Racer (1968) de Hiroshi Sasagawa.
Pero también bebe abiertamente de películas post apocalípticas de Ciencia Ficción como The Last Man on Earth (1964) de Ubaldo B. Ragona, Death Race 2000 (1975) de Paul Bartel, Logan Run (1976) de Michael Anderson, The Running Man (1987) de Paul Michael Glaser, Terminator 2: Judgment Day (1991) de James Cameron, Resident Evil (1994) de Paul W. S Anderson y seguramente muchas más.
El universo de la serie nos invita a conocer las historias de varios competidores, dispuestos a arriesgarlo todo, incluso su vida, para ganar el premio de la carrera: ser llevados a una isla desierta en Sur América, el único lugar del mundo libre de criaturas, donde un grupo de científicos busca activamente la cura del virus.
A pesar de que los 8 episodios transcurren a lo largo de una noche, la estructura se maneja en un radio de 5 años hacia el pasado, lo que nos permite conocer de manera fragmentada a los personajes en el momento previo al outbreak que transformó a los humanos en monstruos despiadados, algo que evidentemente cambio la vida de todos. Y también otros episodios que determinan y profundizan las motivaciones psicológicas de cada uno de los personajes principales. Una estructura que te permite identificarte, y por que no, incluso encariñarte, con las líneas dramáticas de algunos personajes.
Entre los competidores de la carrera están la familia Donahue, quiénes harán todo lo que este entre sus manos para ayudar a escapar a su hijo menor de la ciudad por haber hackeado información sensible de la corporación medica Underhil.
Kaye, la hija mayor de una científica que 5 años atrás hizo mutar a los humanos al administrarles un compuesto con el que intentaba aliviar varias condiciones de salud, su hermana Ruby, y Michael, el único paciente que se recuperó y no mutó a una criatura al ser inoculado con la medicación.
Un hombre perturbado, paranoico, violento, con una dura historia a sus espaldas, interpretado por Sean Bean y su chica, una joven embarazada, sin escrúpulos, dispuesta a todo por ganar la carrera porque no está dispuesta a permitir que su hijo crezca en el mundo post apocalíptico.
El grupo de personajes que funcionan como el descargo dramático de la serie, un grupo de psicólogos en franco viaje psicotrópico. Algo en lo que es imposible no rememorar a Fear and Loathing in Las Vegas (1998) de Terry Gilliam. Entre estos personajes está Billy Zane, al parecer, pasándoselo bastante bien en la piel del psicólogo Joker Jones.
Y las Collins, los personajes a los que menos conocemos, una madre interpretada por la respetada actriz inglesa Miranda Richardson y su hija adoptada que tienen la misma urgente necesidad que el resto de los personajes por participar en esta carrera prohibida que terminará por cambiar la vida de todos sus competidores.
Todo esto tratado conceptualmente con una dirección firme, con una propuesta visual imaginativa y que avanza de la mano de un montaje rítmico y efectivo. Mención especial merece la banda sonora llena de hits de la radio y el score, armado a partir de música electrónica inspirada en los 80 -en plan Synthwave- compuesto por Magnus Fiennes. Una banda sonora que brinda en todo momento un acompañamiento sonoro sólido y comprometido con la emocionalidad de las escenas.
En el capítulo final, el organizador de la carrera tiene un breve encuentro con los competidores, que sirve para entender en general el espíritu de la serie:
¿Qué está haciendo el aquí?
Eso es algo que me gustaría saber.
(Pausa)
Sabes, una cosa es que te sientes en tu isla
bebiendo cocteles mientras el mundo se va
al infierno, eso no me molesta, incluso puedes
crear una carrera tremendamente peligrosa
porque te entretiene, también estoy Ok con
eso, pero ser tan temerario como para disfrutar
como niños se inmolan delante de ti… Eso,
definitivamente cruza una línea para mí.
El objetivo de la carrera es ver quién
cruza la línea…
¿En serio?
El toque de queda, el outbreak… Yo fui el
único que lo vi venir, como Noé antes de
la inundación, y por eso construí mi arca,
y he invitado a los mejores y a los buenos
a unirse conmigo en mi isla, para que nos
sentemos afuera de la tormenta y heredemos
un nuevo Edén, ¿Pero saben de qué me di
cuenta? Que había una falla en mi proceso
de selección. Lo que la humanidad necesitaba
más, no eran las mentes más brillantes, eran
sobrevivientes.
¿Descabellada?, ¿Una descripción sardónica del futuro post brexit de la Gran Bretaña?, ¿Serie B?, sí, sí, sí y sin complejos, y eso es precisamente lo que hace a Curfew entretenida y “binge watchable”. Lo más desenfadado y pop que he visto hasta Mayo de este 2019. Tan fresca y disfrutable como la canción “Take Me Back To Piauí” de Juka Chaves que cierra los créditos finales.
Escrito por Sergio Marcano